No obstante, la Consejería de Educación no tiene en estos momentos "ninguna queja o reclamación sobre le tema", y la denuncia de CERMI "es la primera noticia que tienen del caso", aseguraron fuentes de la Consejería. De hecho, si se produce una denuncia de la persona afectada y llega a la Consejería, "se abrirá una investigación de los sucedido con la mayor rapidez", afirmaron.

Según explicó el Comité, la afectada, Cristina Salmerón, tiene discapacidad auditiva, por lo que no puede oír las grabaciones necesarias para realizar la prueba oral. Salmerón acusó la necesidad de contar con un profesor que leyera los textos ya que ella es capaz de leer los labios.

Sin embargo, indicó que dicha solicitud fue denegada por la Administración educativa de la Comunidad de Madrid alegando que la estudiante "no cumplía los requisitos establecidos en el currículo", como explicó Salmerón a la agencia Europa Press.

Unos "auriculares potentes"

La única posibilidad que le ofrecieron fue usar unos auriculares "muy potentes" para que pudiera escucharlo con más volumen, pero como aseguró Salmerón, "no depende de cómo sean los cascos" sino de que no descifra lo que escucha porque para ella las palabras "sólo son ruidos".

El CERMI consideró que dicha actuación resultaría discriminatoria hacia la persona en cuestión por cuanto vulnera su derecho a la igualdad de oportunidades y a la no discriminación reconocido constitucional y legalmente.

Asimismo, este hecho vulneraría la Ley Orgánica de Educación y la propia normativa de la Comunidad de Madrid en materia de certificación de idiomas, ya que la Orden 2318/2008 dispone que la adaptación de las pruebas comprende también las necesarias para compensar las desventajas de las personas con discapacidad con algún grado de hipoacusia.

Por estos motivos, el Comité de la discapacidad ha dirigido un escrito a la Oficina Permanente Especializada del Consejo Nacional de la Discapacidad por el que se solicita la investigación de este asunto y la adopción de las medidas pertinentes.