Hedor pestilente, cefaleas, alergias, insomnio... Son sólo algunos de los síntomas que padecen en la actualidad muchos vecinos de las partidas rurales de Alicante, debido, según Miguel Ibáñez, de la asociación vecinal del Rebolledo, «al enorme trasiego de camiones que descargan basura en el vertedero municipal de Fontcalent; son unos 220 al día, y muchos de ellos no son de Inusa».

Al respecto, la concejal del PSOE Carmen Sánchez Brufal criticó ayer que la nueva ordenanza de limpieza que se aprueba en el pleno de mañana «no contempla el compromiso del Ayuntamiento de cumplir con el Plan Zonal de Residuos, lo que evitaría que Fontcalent se convirtiera en el basurero de todos».

Pese a que se ha mejorado el texto inicial, al incluirse las más de 80 alegaciones por el PSOE y eliminarse los artículos más polémicos (como el que multaba por beber refrescos en la calle), la edil explicó que la futura ordenanza «aún no está consensuada. La ciudad sigue sucia a pesar de los más de 40 millones de euros que cuesta la contrata de limpieza».

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