Marihuana: el cine ve crecer la hierba

  • La marihuana está de moda en la gran pantalla.
  • Varios estrenos giran sobre el uso y abuso del consumo de porros.
  • Las comedias, el género más 'cannábico'.
Imagen de 'Easy Rider'.
Imagen de 'Easy Rider'.
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Imagen de 'Easy Rider'.
Woody Allen los probaba para impresionar a
Annie Hall, atontaban a
Amor a quemarropa, enloquecían a los negros en
Platoon, calmaban a los soldados. En efecto,
hablamos de porros.

Brotan las películas
cuyo argumento gira sobre la marihuana: tanto, que en Hollywood se habla ya de la
Stoned Age o
Era del Colocón.
Dos colgaos muy fumaos: Fuga de Guantánamo acaba de ser un éxito y en breve llegarán
Pineapple Express,
The Wackness,
Humboldt County y
Super High Me, parodia del
documental sobre los peligros del McDonald en versión porrera.

No siempre se ha visto la maría con tanta indulgencia. En los años treinta se estrenaron
Marihuana, la hierba del diablo,
La amenaza de la marihuana y
Tell your children, tres cintas propagandísticas sobre los peligros del cannabis. Eran tan exageradas que en 2005 se estrenó
Reefer Madness, un musical que
satirizaba tanta mentira pseudocientífica.

El clásico por antonomasía del cine cannábico
es
Up in Smoke, que en 1978 lanzó a la fama a Cheech Marin y Tommy Chong, una especie de Hermanos Marx completamente fumados. Porros gigantes, humor disparatado y canto a la hierba: se rumorea que pronto se filmará un remake. También gustará a los fumadores
Grass, documental que repasaba las políticas prohibicionistas en EE UU narrado por

La marihuana fue compañera inseparable de
El Gran Lebowski, de los moteros de
Easy Rider, de los jóvenes de
Kids y de los de
Rolling Kansas, donde unos hippies encontraban un mapa que llevaba a una plantación gigantesca. En
Richard Linklater reflexionaba sobre porros y juventud, algo parecido a lo que pasaba en
Fast Times at Ridgemont High.
Buen rollito era una delirante comedia que mezclaba canutos y apariciones estilo
Ghost, mientras que
Friday son sólo algunas de las muchas comedias juveniles relacionadas con el uso y abuso de porros.
En España gustó bastante la británica
El jardín de la alegría, donde una viuda encuentra sustento y consuelo en el tráfico y consumo de los cogollos que cosecha en su jardín.

Cuando el cine español tocó el tema lo hizo en comedias irregulares, como
Bajarse al moro, o directamente mediocres, como
La quinta del porro y
La batalla del porro.
Mucho más recomendable es el documental francés
Drogas y Cerebro: Cannabis, uno de los cinco capítulos de una serie sobre los efectos de diversos estimulantes en el organismo humano.
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