Las adicciones a Internet y móviles se hacen notar ya en los centros de rehabilitación

  • Esta dependencia ha crecido un 5% en los últimos años.
  • La mitad de los jugadores patológicos lo siguen siendo a las tragaperras.
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El deseo irrefrenable de ir a un bingo o entrar en un bar para jugar a la clásica tragaperras lleva, en muchos casos, al ingreso de la persona víctima de estos juegos en centros de ludopatía. Sin embargo, estos recintos están recibiendo, en un número cada vez mayor, a inquilinos con adicción a nuevas tecnologías como teléfonos móviles o Internet.

También son muy frecuentes las adicciones al sexo, a la compras y a números 806. En el centro Acojer, referente en Córdoba para la rehabilitación de los juegos patológicos, el 20% de los 200 pacientes con los que cuenta la residencia están siendo tratados por adicción a estas nuevas tecnologías. Así, la psicóloga de Acojer, Pilar Sánchez, explica a 20 minutos que en los últimos años ha subido un 5% el ingreso de pacientes con adicción a Internet o los móviles.

Estas nuevas patologías lúdicas se deben, según Sánchez, a la «poca adaptación» a las tecnologías, «al estrés laboral y al aislamiento social que estamos viviendo», que lleva hacia «un mayor individualismo» y «a buscar, vía Internet, móviles o números 806, el llenar ese vacío que se genera».

Para la psicóloga se da la paradoja de que esta tecnología «tendría que ayudarnos a relacionarnos y, sin embargo, acaban aislando al individuo». Las populares tragaperras son las que tienen un mayor número de adictos ya que el 50% de los jugadores patológicos lo es a este tipo de máquinas mientras que el resto se reparte en dependencia al bingo, a los casinos o a las tecnologías.

Además, según la psicóloga, entre el 3 y el 5% de la población sufre algún tipo de ludopatía mientras que hay una mujer jugadora por cada dos hombres y, a la hora de pedir tratamiento, lo hace una persona del sexo femenino por nueve del sexo opuesto.

Tratamientos

Por otro lado, el tratamiento al juego patológico consta de tres etapas: una primera de iniciación en la que el paciente cuenta su experiencia con el juego ante una persona rehabilitada y ante familiares de ludópatas.

El segundo tratamiento consta de planes técnicos, psicológicos, e incluso médicos, que están «dirigidos a trabajar la persona» porque se les pide toma de decisiones y se les implica «en un entendimiento profundo de su enfermedad».

Por último, se someten a un tratamiento de mantenimiento en el que se previenen de posibles recaídas.Si antes la edad media del ludópata rondaba los 40 años, ahora esta media alcanza los 37 años, según un informe de Acojer.

Para la psicóloga de la asociación, Pilar Sánchez, esta bajada se debe a que ha aumentado el número de salones recreativos en la provincia y, por tanto, se ha conseguido que los jóvenes tengan más acceso a estas zonas lúdicas.

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