¡Qué mal aparcan los demás!

Eso debió pensar el conductor del coche blanco, que nunca tuvo muy claro qué era eso del cordón y la batería a la hora de aparcar.
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J. C. Barberá
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Gracias a su ‘pericia’, dos coches que habrían cabido a su lado en la calle Camp de Turia tuvieron que buscarse otras plazas.
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