«Muchas personas no cumplen los ochenta porque intentan durante demasiado tiempo quedarse en los cuarenta».
Esta frase de Salvador Dalí presidía ayer la fiesta de la residencia de ancianos de El Cristo para los residentes que cumplen años en junio. Era una ocasión especial. Una de las más veteranas residentes, Margarita Fueyo, celebraba su centenario.
De familia directa, a Margarita sólo le queda un primo Tino Álvarez, pero no está sola. Ayer le llovían los regalos: de sus compañeros, del Principado, de los trabajadores...
No tiene un secreto para haber llegado a los cien. Al contrario, tuvo una vida bastante normal. Trabajó mucho, como modista, cuidó de sus padres hasta que murieron -aunque a veces se despista y pregunta por su madre- y le quedó una pequeña pensión, 300 euros.
Soltera, aún hoy come de todo, disfruta con los caramelos que sus compañeros le compran de tapadillo y apuesta por cumplir 50 más.
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