"Los padres deben enseñar a los hijos que el 'botellón' mata"

  • La catedrática de Teoría de la Educación, Petra María Pérez, no cree que la presión policial y la prohibición sea la solución.
  • Los padres deben hablar con sus hijos sobre lo que una conducta excesiva puede acarrear.
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El perfil del inicio del consumidor del botellón ya se sitúa en la terrible edad media de 13,7 años. ¿Qué está pasando?, ¿por qué tan pronto?, ¿ya no les atraen las videoconsolas ni el fútbol?.

Para Petra María Pérez, catedrática en Teoría de la Educación de la Universidad de Valencia, una de las medidas para evitar el inicio del consumo en edades de Secundaria es hablar sin tapujos a los jóvenes. «Se les debe explicar el problema del alcohol como es. Los padres deben hablar claro sobre lo que una conducta de bebida excesiva puede acarrear, que es la muerte, ya que los jóvenes no calculan las consecuencias».

Desde su posición de estudiosa de la materia ha analizado que otro problema es la asimilación del consumo de alcohol desde la infancia. Otro tema candente es el de los megabotellones. «Es una manifestación más de cómo los jóvenes marcan su territorialidad y su autoridad. Pero el problema sigue aunque los desplacen a zonas acotadas, menos ruidosas para los vecinos», añade Petra María Pérez.

Parece que la Ley Seca impuesta en 1997 en Valencia (que impide beber en la vía pública y multa por suministrar bebidas a menores) no ha surtido mucho efecto: «El botellón es un rito de iniciación. Las leyes difícilmente pueden parar esto, porque los menores saben ir a los supermercados y hacerse sin ningún problema con las bebidas alcohólicas».

También rechaza la persecución policial. «No creo que la presión, de la misma manera que la prohibición, sea la solución, ya que estamos en un momento en la vida de los niños en que son, en su mayoría, transgresores», sentencia la catedrática.

Botellones nada punkis

Estudiante (51%) y que vive en el domicilio familiar de clase media (79%). Éstos son los datos que se desprenden de un estudio realizado por el profesor A. Baigarri, de la Universidad de Extremadura. El perfil del practicante del botellón dista mucho de ser atípico. Nada de jóvenes antisistema. Y es sabido que la mayoría de las veces los menores acuden al botellón por mimetismo, para ser aceptados en el grupo, para no ser apartados. Éste es un tema que los padres deben tener muy en cuenta, ya que hay una probabilidad siete veces mayor de que un menor tenga problemas con el alcohol cuando los padres sean muy bebedores.

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