David Openshaw un australiano de 28 años que sufre Desorden de identidad de la integridad corporal, ha relatado cómo deliberadamente se congeló la pierna para que pudiera ser amputada.
La enfermedad, cuyos síntomas provocan en el individuo afectado un irresistible deseo por amputarse una o más extremidades sanas del cuerpo, le llevó a tomar esta drástica decisión, como informan desde la web de arbroath.blogspot.com.
El hombre, padre de dos hijos, introdujo su pierna derecha en un barreño con hielo durante horas hasta que ésta estuvo tan dañada que no podía sentirla de rodilla para abajo.
El enfermo dijo que "odiaba" la pierna desde que tenía cuatro años, pero que ahora se siente encantado con su prótesis.
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