Los empeños de joyas y oro se disparan por las deudas de las familias y las hipotecas

  • La actividad de las casas de compraventa crece un 8,4%.
  • Sus clientes son ahora de clase media e inmigrantes.
  • La crisis ha provocado una falta de liquidez.
Eva Lazo, de 20 años y en paro, en una casa de empeños. (J. PARÍS)
Eva Lazo, de 20 años y en paro, en una casa de empeños. (J. PARÍS)
Eva Lazo, de 20 años y en paro, en una casa de empeños. (J. PARÍS)

Estaban en desuso, pero el encarecimiento del euríbor y la crisis económica que acosa a muchos madrileños ha provocado un aumento de clientes que acuden a los montes de piedad y a las casas de empeño en busca de liquidez para poder hacer frente a la hipoteca y a los gastos del mes.

Además de gente con necesidad, también vienen personas a hacer negocios

Caja Madrid tiene uno de los mayores montes de piedad de la región y en el primer trimestre de 2008 el saldo de este servicio creció un 8,4% respecto al mismo periodo de 2007, lo que supone casi el doble que en el conjunto de España, donde el aumento fue del 4,7%, según la Confederación Española de Cajas de Ahorro (Ceca).

En todo el ejercicio pasado hubo 58.485 madrileños que hicieron uso de estos servicios. Para este año se prevé que sean más de 63.000 los que dejarán en prenda alguna joya a cambio de dinero.

Inmigrantes y clase media

Además de estos productos, las casas de compraventa de oro han notado que ahora tienen más clientes, "sobre todo de municipios del sur", explica uno de los joyeros del entorno de Sol. Daniel, que tiene su local en la travesía del Arenal, asegura que "además de gente con necesidad, también vienen personas a hacer negocios porque ahora el oro ha subido su cotización".

Tradicionalmente, al  monte de piedad acudían mujeres mayores o personas necesitadas que por su situación (sin avales, sin piso en propiedad o sin nóminas) no podían pedir créditos. Ahora van "inmigrantes y clase media que ven como su poder adquisitivo ha bajado por la crisis".

Eva Lazo: "He tenido que empeñar regalos de parientes"

Lleva desempleada desde hace más de un mes y sus apuros económicos le han llevado a una casa de empeño. "Al estar en paro no me conceden un préstamo personal así que me he visto obligada a empeñar unas cadenitas y unos anillos por los que me han dado 200 euros". Eva asegura que le ha "costado mucho empeñar porque eran regalos de parientes".

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