Durante más de veinte años, el periodista Patrick Poivre d'Arvor, de
60 años, presentó en
el informativo de más audiencia de la televisión francesa y de Europa hasta que este viernes se hizo oficial la noticia de su
despido fulgurante.
El rostro más popular de los telediarios galos dejará su puesto a una periodista 20 años más joven,
Laurence Ferrari, que afronta el desafío de conservar a los más de
ocho millones de espectadores que, cada noche, se sentaban a escuchar a Poivre d'Arvor.
El canal
no ha dado explicaciones al despido, pero no ha sido por la audiencia (lo veía una media del 38%), tampoco había problemas con sus compañeros (la mayoría han firmado una carta de apoyo al presentador), ni con sus jefes más directos (el jefe de informativos, Robert Namias, ha anunciado su dimisión en solidaridad con Poivre d'Arvor).
Novelista de éxito, habitual de las revistas del corazón,
seductor... Poivre d'Arvor ha entrevistado decenas de veces a todos los presidentes franceses desde
François Mitterrand y a otros dirigentes fuera y dentro del país. Su carrera también tiene pasajes oscuros, como cuando en 1991 anunció como una entrevista exclusiva con el líder cubano
Fidel Castro lo que en realidad eran extractos de una rueda de prensa.
La sombra de Sarkozy
A falta de una explicación oficial de la cadena -que se ha limitado a decir que le ofreció un ascenso-, los diarios han adelantado algunas hipótesis. El izquierdista
Libération, por ejemplo, ve detrás del relevo
la mano del mismísimo presidente francés,
Nicolas Sarkozy, "íntimo" del propietario de TF1, el multimillonario
Martin Bouygues. Al parecer, a Sarkozy no le gustó nada que, durante una entrevista, el presentador le tratara de
"niño que entra en el patio de los mayores".
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