Los actos de censura de Google en China, las dudas sobre su supuesta amenaza a la privacidad o las luchas legales con editores de periodicos ensembrecen el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, otorgado ayer al buscador por permitir a millones de usuarios de todo el mundo acceder a un universo de conocimientos. No sólo el jurado discutió en sus deliberaciones sobre la conveniencia de premiar a la empresa. El gigante de internet recibe también críticas hoy en los medios.
No se premia a un filántropo rico, se premia una sociedad anónima que cotiza en Bolsa, con acciones que suben y bajan. Allí donde alguien se conecte a Internet, tendrá noticias de Google. Su crecimiento no lo ha dejado inmaculado. En China se ha sometido a los dictados de la censura gubernamental, tiene conflictos legales con editores por empleo de contenidos ajenos y su Street view de Google Maps, con vídeos grabados por las calles de las ciudades, preocupa a las agencias de protección de datos.
Durante el día de ayer se escucharon objeciones al fallo del jurado (por elegir a una empresa y no a una persona, por ejemplo), pero
Se ha aplaudido la decisión del jurado por reconocer el "poder" que, como medio de comunicación, tiene internet pero Reporteros sin Fronteras ha considerado que Google podía merecer el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación, pero no el de Humanidades por su actuación en el caso de China.
Habló de "cierto patetismo" y consideró que había otro candidato más cercano como Manu Leguineche. "Tengo una opinión muy mala, no lo entiendo bien" dijo al conocer el fallo. Se debe, "supongo, a la pasión por la tecnología, pero me ha producido sorpresa". La concesión a Google tiene para él un "aire hollywoodiano", de búsqueda de cierta imagen aunque no niega que el buscador sea un "fenómeno importante".
Parafraseando a mi paisano, me pregunto si no hubiera sido cien veces mejor entregar este año el Premio Príncipe de Asturias a nuestro querido y admirado Manu Leguineche, que dárselo al omnipresente buscador de Internet. Es cierto que, en apenas diez años, Larry Page y Serge Brin han montado la mayor compañía de comunicación del planeta y que no hay cristiano que no use sus inventos, pero: «¿Sabe alguien qué coño han hecho por el periodismo español?»
Reporteros sin Fronteras en Público
El miembro de la junta directiva de RsF Mercedes Arancibia no expresaba dudas ayer sobre si Google merecía el galardón de Comunicación, aunque sí se mostró rotunda en lo que respecta a Humanidades: "No se lo merece, porque está participando en la censura a los internautas en algunos países, como es el caso de China".
Patricia Fernández, también en Público, asegura que con el mismo criterio con el que se ha elegido a Google el premio podría haber ido a parar a la SGAE, por su "aportación relevante al incremento de la participación de los internautas en la Red", dada la cantidad de comentarios que suscitan sus noticias.
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