¿Cómo sería tu vida trabajando 65 horas?

Diferentes visiones del trabajo (AGENCIAS).
Diferentes visiones del trabajo (AGENCIAS).
AGENCIAS
Diferentes visiones del trabajo (AGENCIAS).

La Unión Europea aprobó una polémica directiva que ampliaba a 65 el número máximo de horas que comprenden una jornada laboral, pero el Parlamento Europeo ha votado en contra.

Mientras muchos sindicatos defendían la instauración de las 35 horas semanales de jornada laboral (lo que supondría una jornada de 7 horas diarias), la legislación hasta el momento comprendía una horquilla de entre 40 (es decir, 8 horas diarias) y 48 (es decir, algo más de 9 horas y media al día) horas semanales como máximo.

Con el cambio que había sido aprobado por el Consejo de ministros de Trabajo de la Unión Europea, las 60 horas semanales habrían dejado una media diaria de 12 horas en el trabajo, 13 si el máximo fuera de 65 horas semanales, como se pretendía aplicar a colectivos laborales como el de los médicos.

¿Cómo sería nuestra vida con esta directiva?

Adiós a la jornada intensiva: pasar 12 ó 13 horas diarias en el trabajo implicaría tener que quedarte a comer, es decir, que serían 13 ó 14. Súmale una hora de desplazamiento para ir y volver del trabajo a casa y se queda en 15 ó 16. Sólo con dormir las 8 horas que recomiendan los expertos, ya tendríamos el día completo. Ni cenar, ni desayunar, ni ducharte, ni estar con la familia.

Además de éstas, hay otras consecuencias derivadas de esta situación: mayores salarios, sí, pero mayores gastos para otras cosas, como pagar a alguien para que cuide a los niños, cocine e incluso haga la compra por ti. Pero, al margen de análisis imaginarios, sí existen unos problemas reales que se derivarían de un aumento de la jornada laboral, aunque no sea en tantas horas.

  • Mayor siniestralidad laboral. Cuantas más horas trabajando, más fácil es tener un accidente laboral. Si los 844 accidentes laborales en el trabajo que contó el Ministerio de Trabajo en 2007 (PDF) (165 en los dos primeros meses de 2008) ya son una cifra alarmante, ampliar la jornada laboral no haría más que aumentar el número de accidentes laborales.
  • Menor calidad del servicio. Trabajar más horas seguidas haría que se trabajara más cansado, lo que repercutiría en la calidad del servicio prestado. Un reportaje publicado por el diario El País en 2005 sobre las guardias médicas ponía de manifiesto que varios estudios revelan las guardias sin libranza al día siguiente, lo que sería comparable a trabajar 12 ó 13 horas cada día, perjudican la salud y elevan el riesgo de cometer errores.
  • Peor calidad de vida. Un informe, también de 2005, de la revista Occupational and Environmental Health, recogía que los trabajadores que hacen horas extras son un 61% más propensos a sufrir heridas o enfermedades independientemente de la edad o del sexo del empleado.
  • Dudosa rentabilidad económica. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), unos dos millones de personas mueren cada año en todo el mundo por accidentes laborales o enfermedades derivadas del trabajo, lo que genera un gasto equivalente al 4% de la riqueza del mundo (PDF). Si aumentar la jornada laboral haría crecer el número de accidentes, en consecuencia también sería mayor el gasto que éstos generarían.
  • No por más trabajar se produce más. Además de esta dudosa rentabilidad, otro informe apunta a que incrementar la jornada laboral no conllevaría una mayor productividad en el puesto de trabajo, sino al contrario, ya que hay una relación negativa entre el tiempo de trabajo y la productividad de forma que se tiende a disminuir el aprovechamiento que se hace de cada hora trabajada. Según datos del euroindicador laboral de 2006 (PDF), España es uno de los países con la jornada laboral más larga de Europa, pero presenta un bajo rendimiento por hora trabajada.
  • Fin de la conciliación laboral. Aumentar de forma drástica el número de horas trabajadas haría que se pasara mucho menos tiempo en casa, lo que supondría el fin de toda esperanza de conciliar la vida laboral con la personal. Además, según un informe de la OIT revela que la jornada laboral de las mujeres es normalmente más corta que la de los hombres, debido seguramente a que soportan el grueso de las labores del hogar. Si a esto se añade que la mayoría de altos cargos son hombres y que, además, los altos cargos trabajan más horas (PDF) según Randstad, muchos núcleos familiares podrían verse afectados por incrementar la jornada laboral.

¿Cómo es la situación en el resto del mundo?

En otros países, según datos publicados por la Organización Internacional del Trabajo, se observa la misma tendencia: a más horas trabajadas, menor productividad y mayor siniestralidad. La OIT considera una jornada laboral "excesiva" la que supera las 48 horas semanales, y en datos de 2007 (antes de la aprobación de la nueva directiva europea), países como Perú, Corea, India, Thailandia o Pakistán -con muchas horas de trabajo- reflejaban altos índices de incidentes laborales, mientras que en otros más desarrollados y con jornadas más reducidas la tendencia era la contraria.Según estos datos, los países donde más horas se trabajaba hasta ahora son los que están en vías de desarrollo, donde las políticas para reducir la jornada laboral no han tenido éxito por motivos como la necesidad de trabajar más para para llegar a fin de mes.

Con la directiva recientemente aprobada, la Unión Europea no sólo supera en más de un 35% lo que se considera una jornada "excesiva", sino que marca un cambio de tendencia inspirado en el modelo estadounidense y británico que podría situar a muchos países desarrollados en cifras laborales similares a las de países en vías de desarrollo.

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