Después de dos años esperando y varias falsas alarmas, el domingo por fin pudimos ver la transformación de Bea, el personaje protagonista de Yo soy Bea. Siguiendo la estela de su serie predecesora, Betty, la Fea, al fin el patito feo se ha revelado.

Telecinco llevaba semanas anunciando el cambio y reservó el horario de máxima audiencia del domingo para la transmutación. La audiencia estaba ansiosa por ver el cambio, aunque la exclusiva se había roto días antes. Al final, la ficción batió todos sus récords de audiencia al congregar a una media de 8.226.000 espectadores y un 42,1% de share.

En esta entrega, la protagonista de la serie vespertina más vista de la televisión en nuestro país, culminó su transformación física convirtiendo esos instantes previos en el minuto de oro de la jornada, a las 23:17 horas, con 10.236.000 espectadores y un 51,7% de share.

Todas las demás opciones quedaron eclipsadas. Por ejemplo, la película El mal nunca muere, que emitía La 1 sólo logró el 13,6% de la cuota de pantalla y 955.000 espectadores. El cine tampoco funcionó en Antena 3. El filme Revelations tan sólo congregó al 11,8% de la audiencia, o lo que es lo mismo, a 1.401.000 espectadores.

En Cuatro, el concurso cultural El Gran Quiz tampoco logró brillar y se tuvo que conformar con el 5,9% de la cuota de pantalla y 1.038.000 espectadores. Sé lo que hicisteis la última semana, en La Sexta, no tuvo demasiado tirón y apenas llegó al 3% de share, lo que sólo anotó para la cadena 543.000 espectadores.

El terror vive en casa, el reportaje que emitía Crónicas en La 2 sólo interesó al 2,4% de la audiencia, o lo que es lo mismo, a 431.000 espectadores.