¿Por qué hay tantos directores de cortos vascos?

La clave está en Kimuak, el programa de distribución de cortometrajes del Gobierno vasco que llevó a Borja Cobeaga y Nacho Vigalondo a las puertas de los Oscar. Hablamos con Txema Muñoz, el alma del proyecto. Por ANDREA G. BERMEJO
¿Por qué hay tantos directores de cortos vascos?
¿Por qué hay tantos directores de cortos vascos?
¿Por qué hay tantos directores de cortos vascos?

"Hay dos motivos por los que me alegro de ser vasco: el primero es el marmitako de bonito y el segundo es Kimuak”. Lo dice Borja Cobeaga y no le falta razón. El director de No controles ha visto cómo gracias a Kimuak cuatro de sus cortos (La primera vez, Éramos pocos, Limoncello y Un novio de mierda) pegaban pelotazos descomunales en festivales de todo el mundo y le llevaban directo a los Oscar. "Es una pasada, es un regalo", nos dice el director, que no es el único que se siente en deuda con el programa vasco de promoción, difusión y distribución de cortometrajes. La razón de que haya tantos nombres y apellidos raros entre lo mejorcito del corto español es Kimuak. En CINEMANÍA nos hemos puesto en contacto con Txema Muñoz, uno de los padres del programa, para que nos explique qué es y cómo funciona esta desconocida (para muchos) iniciativa con nombre de beso.

"La historia es bastante sencilla –nos explica Muñoz por teléfono y hay un deje humilde en la manera en la que describe su día a día que enseguida nos hace pensar en la avalancha de elogios a su trabajo que hemos escuchado–. Nuestros objetivos son fundamentalmente la promoción de los cortos vascos, la difusión y la distribución a nivel nacional e internacional. Antes de Semana Santa abrimos la nueva convocatoria y los cortometrajistas nos envían sus trabajos. Luego, cinco profesionales seleccionan los mejores”. Una vez elegidos los cortos, Kimuak elabora los catálogos y los envían a una media de 800 festivales por todo el mundo, a distribuidoras internacionales e instituciones.

Los festivales más prestigiosos de cortos del mundo (Clermont-Ferrant, Oberhausen, Interfilm…) y de España (Alcalá de Henares, Medina del Campo, Aguilar de Campó, Gijón…) esperan con enormes expectativas las remesas anuales de Kimuak. Durante sus 14 ediciones han incluido obras de Nacho Vigalondo (que también llegó a los Oscar con 7:35 de la mañana), Borja Cobeaga, Haritz Zubillaga, Telmo Esnal, Daniel Sánchez Arévalo, Koldo Almandoz, León Siminiani, Isabel Herguera… Los requisitos para formar parte de las cosechas anuales Kimuak son: que sean de calidad y que no sean excesivamente localistas. Porque tienen que estar realizados por un director vasco o producidos por una empresa vasca, lo que explica que realizadores como Sánchez Arévalo se encuentren en su catálogo. “Yo fui seleccionado por Traumalogía, que tenía un productor vasco, y cuando estuve allí fue como si el corto estuviese en otra dimensión. Participó en muchísimos más festivales y ganó un montón de premios. Kimuak al final es una especie de sello, una marca, una garantía de calidad”, comenta el director de Primos.

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(Txema Muñoz, responsable de Kimuak).

Kimuak, programa que depende directamente del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco y de la Filmoteca Vasca, surge en el año 1998 a raíz de la semana de cine fantástico de Donosti, dirigida entonces por Javier Rebordinos. "Ellos recibían materiales de la New Zealand Film Comission y de uniFrance muy bien organizados y para el festival era una ventaja tenerlo todo tan completo. Desde este festival se propuso al gobierno vasco hacer algo similar con nuestros cortos", recuerda Txema Muñoz sobre los inicios del programa que ahora dirige. Y añade: "Ese año Tinieblas González había ganado en Cannes en La Semaine de la Critique el premio Canal +, Begoña Vicario acababa de ganar un Goya a la mejor animación en el 97, estaban los cortos de Asier Altuna y de Telmo Asnal funcionando muy bien por festivales, Koldo Almandoz tenía un corto proyectado en el Festival de San Sebastián. Es decir, había producción, pero no había proyección de esos cortos fuera del ámbito más doméstico".

"Cuando Kimuak arrancó en el resto de España no existía ni la idea –sugiere Cobeaga–. Ahora otras comunidades han sacado programas parecidos, pero por el momento es difícil que superen el nivel de Kimuak. Llevan muchos años en esto, han creado relaciones muy sólidas con los festivales y tienen una base de datos que es como Fort Knox o la agenda de Aznar. Impresionante". Efectivamente, Madrid, Castilla La Mancha, Cataluña, Canarias, Extremadura, Andalucía o Valencia son algunas de las comunidades autónomas que se han inspirado en el modelo Kimuak para promover la distribución de sus propios cortos.

Txema Muñoz, padre y alma de Kimuak, no es de los que se ponen medallas: "Parte del mérito es nuestro porque hacemos llegar los cortos a los festivales. Pero si el material, los cortos de Kimuak, no tuviesen la categoría suficiente, por mucha edición bonita que le diésemos… la cosa se iría al garete. Creo que afortunadamente tenemos una cantera de directores, músicos, guionistas, directores de foto… que realmente es muy buena, que podemos presumir en el cine español de tener unos profesionales en ciernes, menos en ciernes, y algunos ya en activo haciendo largometrajes, de primer orden". A Txema Muñoz las medallas se las ponen otros. "Txema es el mejor para esto. Si las otras comunidades quisiesen llegar al nivel de Kimuak tendrían que ficharlo a él. Tendrían que hacerle una especie de oferta como si fuese Mourinho o algo así", afirma Cobeaga.

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