En su escrito de acusación, la Fiscalía asegura que, la tarde del 21 de noviembre de 2004, el acusado invitó a su hija a tomar unas copas y la llevó a las inmediaciones de la vía ferroviaria de la línea Zaragoza-Lérida.

Según la acusación pública, el procesado condujo a su hija hasta una caseta apartada y, tras preguntarle "si llevaba tanga", comenzó a manosearla con el supuesto fin de mantener relaciones sexuales.

Los lloros de la joven hicieron cambiar de idea al acusado, David L.M., de 53 años, que decidió acompañar a su hija hasta la vivienda en la que vive con la familia de su madre.

El fiscal solicita para el procesado una condena de 3 años de prisión por un presunto delito de abusos sexuales con la agravante de parentesco, así como una prohibición de acercarse a la víctima a menos de 200 metros por un tiempo de 5 años, y a comunicarse con ella por cualquier medio.

Asimismo, reclama para al presunto abusador el pago a su hija de una indemnización de mil euros por las secuelas de índole psicológico que le causó la supuesta agresión.

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