Hasta 130.734 barceloneses pueden comer gracias a los alimentos en buen estado recuperados de los excedentes de fabricantes o agricultures. De no ser así, estos alimentos irían directamente a la basura.

En 2007 fueron 8.542.920 los kilos recogidos en la provincia de Barcelona. Esta cantidad "no supone toda la alimentación para estas personas, pero sí una parte importante", relata Montserrat Gispert, directora de la fundación del Banc d'Aliments.

"Se calcula que cada persona consume entre 400 y 500 kilos de alimentos anuales. Con estos, da para 65 kilos. No es todo, pero si falláramos, muchos no tendrían qué comer", argumenta Gispert. Dicho de otro modo, la cifra recuperada en comida es equivalente al consumo total que harían 17.000 personas.

En el Banc d'Aliments recuerdan que cerca de casa tenemos nuestro propio tercer mundo. Son básicamente familias y personas solas (52.336 jubilados o pensionistas -mujeres-, beneficiados el año pasado) e inmigrantes refugiados (37.276, procedentes del Este europeo, el Magreb y Sudamérica) los que configuran el Cuarto Mundo.

Niños, ancianos, marginados e, incluso, lactantes (más de 4.000 cada colectivo) suman cifras que dan que pensar.

Responsabilidad social

Un total de 400 empresas y centenares de agricultores son los proveedores de alimentos para una red de 537 entidades (centros de acogida, parroquias...) que los distribuyen. El Banc d'Aliments hace de enlace o almacén.

«Las compañías han cambiado. Antes no querían que se les relacionara con acciones como esta, por la imagen. Pero ahora lo ven como parte de su responsabilidad social", concluye Gispert.