Los suizos están llamados mañana, domingo, a un referendum para votar sobre una iniciativa que prevé restablecer las votaciones populares secretas para otorgar la ciudadanía helvética a extranjeros.

El sistema de votación secreta para conceder la nacionalidad suiza fue abolido hace cinco años por el Tribunal Supremo Federal, después de que se constataran supuestos casos de discriminación.

Pero el ultranacionalista partido UDC (Unión Demócrata de Centro), el más votado en las últimas elecciones de 2007 y conocido por sus posiciones de tinte xenófobo, inició las gestiones para conseguir que se celebre la consulta de este domingo.

Con una población extranjera que constituye el 21% del total, Suiza ha vivido la campaña para este referéndum con la polémica que siempre acompaña a las iniciativas de la UDC.

Este partido ha empleado en su publicidad controvertidos carteles como el de manos negras y mestizas que tratan de agarrar el deseado pasaporte rojo con la cruz blanca, y que a muchos ha recordado los famosos carteles de otras citas electorales de las ovejas blancas expulsado a una negra.

El Tribunal Supremo también había sentenciado que las demandas de nacionalidad rechazadas podían ser recurridas, algo que también cambiará si gana el sí en el referendo.

Las últimas encuestas mostraron, sin embargo, que sólo cerca de un tercio de los consultados estaba a favor de la iniciativa, que de ser aceptada supondría que las demandas de nacionalidad se decidirán por votación en las comunidades y no por los jueces.

Suiza tiene una de las legislaciones más duras de Europa en materia de naturalización.

Un extranjero necesita vivir 12 años en Suiza para poder solicitar la nacionalidad, y el nacer en el país no da derecho automáticamente a ésta.

Para alimentar su campaña a favor del "Sí", la UDC ha esgrimido el fantasma de la naturalización "en masa", dado que el 21% de los habitantes son extranjeros.