Lawrence Lessig, o la cultura de la remezcla

Lawrence Lessig se ha convertido en el adalid visible del copyleft. Un movimiento desorganizado que pugna por conseguir la flexibilización de las leyes del copyright y los derechos de autor, a la búsqueda de una nueva forma de producir y difundir la cultura que permita a los ciudadanos participar de forma activa en ella, recreándola.
Referencia mundial en el estudio de las tumultuosa relación entre la ley y la tecnología, Lawrence Lessig lleva casi una década luchando contra la ampliación sin límite del copyright. Participó en el proceso antimonopolio contra Microsoft en EE UU al principio, y después llevó ante el Tribunal Supremo de EE UU la ley que extendía el copyright hasta 110 años. Es un batallador incansable.Su discurso alterna el idealismo utópico con los peores augurios, convencido de que Internet pone en manos de los ciudadanos la posibilidad de ser verdaderos creadores de la cultura, pero las leyes de copyright impiden toda esa enrome creatividad.

Verlo en acción durante sus presentaciones resulta fascinante, encandila al público de forma electrizante y sin perder la severidad de su expresión, lanza a su discurso con la capacidad de sugestión de los grandes oradores.

Profesor de Stanford (EE UU), Lessig creó en 2001, Creative Commons, una organización convertida en enseña en la batalla contra la extensión sin límite de la propiedad intelectual.

Creative Commons es una especie de tercera vía en el campo de la propiedad intelectual que proporciona una plataforma legal para que los artistas faciliten el uso y la distribución de sus obras. Importantes instituciones como la BBC con su Creative Archive o el MIT con su Open CourseWare han comenzado a distribuir sus contenidos usando estas licencias. Es autor de los libros Código y Otras leyes del Ciberespacio (Taurus) (Code and Other Laws of Cyberspace), The Future of Ideas (El futuro de las ideas, no traducido al español) y su última obra, Free Culture, (Cultura Libre, traducido al español)

Se trata, pues, de reformar el copyright, opina Lessig, porque las nuevas tecnologías ponen en manos de los ciudadanos la posibilidad de una creatividad que hasta recientemente estaba reservada a unos pocos.

Frente a quienes defienden un acceso a la cultura sin límites, por encima de incluso un mínimo derecho de los autores a ser remunerados por sus obras, Lessig mantiene una actitud firme pero comedida, es necesario preservar la remuneración a los autores, que reciban la justa compensación por su trabajo, pero es imprescindible permitir que los ciudadanos participen de forma creativa en al cultura.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento