El intento de Telma Ortiz y su pareja, Enrique Martín-Llop, de preservar su imagen a través de "medidas cautelares", ha fracasado.

La jueza Mª Lourdes Ruiz Padilla desestimó ayer la demanda contra más de cincuenta medios de comunicación, declarando que ambos tienen "proyección pública", que pueden ser grabados y fotografiados en cualquier lugar público, y no sólo en actos públicos -como solicitaban-, y que deben pagar las costas del juicio. Éstas han sido valoradas en un mínimo de 50.000 euros por la abogada Teresa Bueyes, ya que incluyen las minutas de los 25 abogados defensores, entre otros gastos.

Opiniones enfrentadas

Este proceso inédito ha dividido la opinión pública, especialmente en el seno del periodismo. Chelo García Cortés, habitual colaboradora de la prensa rosa, señaló ayer en la Cadena Ser, que aun respetando el derecho a la intimidad de Telma Ortiz "Creo que se ha precipitado, por eso la jueza, como antes el fiscal, le ha dicho no".

Por su parte, Jaime Peñafiel también coincidió en afirmar en el programa Está pasando, de Telecinco, que la hermana de la princesa Letizia ha estado "muy mal aconsejada" y espera "que haya aprendido la lección". Su compañera de plató, María Eugenia Yagüe, no ha sido menos indulgente y auguró que seguramente Telma recurrirá la sentencia ya que, en su opinión, ésta se considera una "Juana de Arco", una "víctima universal de la infamia de la prensa".

"Entiendo a Telma como ser humano pero no puede pretender cambiar la ley" opina Pipi Estrada, periodista y también objeto del colorín, y aconseja a ésta que maneje a la prensa con "simpatía, para sentirse menos agobiada".

Posición intermedia

En una posición intermedia, el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Fernando González Urbaneja, afirma que el derecho a la información va "indisolublemente unido"  al derecho constitucional, al respeto a las personas, a su honor, a su intimidad y a su propia imagen.

En este sentido, apunta, "son derechos que van unidos, que cuando se violenta uno se violenta el otro", e insiste en afirmar que los medios de comunicación "se dignifican cuando respetan a los demás".

El reportero televisivo Javier Cárdenas, hoy más posicionado en la radio, opina que Telma tiene razón en el fondo, pero no en la forma. "Ella se excedió al hacer la demanda: todos deberíamos ser dueños de nuestra imagen, pero no puede hacer una caza de brujas".

Sin duda, Telma encuentra un apoyo incondicional en otros rostros conocidos como el nadador David Meca. "Partiendo de que la libertad de expresión es fundamental, en la vida hay circunstancias personales que a cada uno le llevan a tomar determinadas decisiones. En este caso, habría que respetar la de Telma Ortiz que ha manifestado su deseo de preservar su vida privada", afirma.

No entiende que una persona sea perseguida cuando va de compras o cuando se toma un café. "Si eso es derecho a la información, mal vamos", sentencia.