Italia aplica la mano dura contra los inmigrantes y detiene a 268 en un día

  • Al menos 118 serán expulsados del país.
  • La Policía dice que se trata de una operación "contra la criminalidad".
  • Berlusconi prepara un paquete de medidas contra la inmigración.
Un total de 383 personas han sido arrestadas este jueves en Italia en una operación policial "contra la criminalidad". De ellos, 268 eran extranjeros y 118 serán expulsados al tratarse de inmigrantes sin papeles.

Los delitos de los que se acusa a los detenidos son los de
tráfico de drogas, proxenetismo, atraco y robo, así como
el de favorecer la inmigración clandestina.

Entre los detenidos hay 50 marroquíes, 32 rumanos, 25 tunecinos, 18 nigerianos, 16 egipcios, 16 serbios y 14 albaneses. De los 118 que serán expulsados,
53 ya han sido llevados hasta la frontera y 65 han sido trasladados a centros de acogida donde esperarán ser repatriados.

Estas detenciones llegan después de que el Gobierno de
Silvio Berlusconi anunciara que uno de los principales objetivos de esta legislatura va a ser el de
garantizar la seguridad en Italia. Para ello, el Ejecutivo prepara un paquete de medidas que contempla la lucha contra la inmigración y que se articulará en cinco puntos.

Entre estas líneas, se encuentran la
lucha a la inmigración clandestina y la gestión de las relaciones con los países comunitarios, con Rumanía a la cabeza, sobre la base de la directiva de la Unión Europea (UE) que prevé la repatriación de los ciudadanos comunitarios que no tienen rentas y delinquen.

El plan será presentado el próximo 21 de mayo en el Consejo de Ministros que se celebrará en Nápoles, en el sur de Italia, para su aprobación.

Tensión con Rumanía

Tanto los medios como las autoridades italianas destacaron la colaboración de la Policía de Rumanía en esta operación, en un momento en el que existe una gran tensión entre ambos países.

Desde el pasado octubre, políticos y medios de comunicación italianos han llevado a cabo una campaña contra los gitanos de origen rumano residentes en Italia, después de que una mujer en Roma fuera presuntamente asesinada por un ciudadano de esta etnia. La tensión se agravó tras el anuncio del paquete de medidas sobre la seguridad del Ejecutivo Berlusconi.

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