Hospitales valencianos pasan pelis en el tubo de la resonancia para no sedar

Meterse en el tubo de la resonancia magnética para ver la última entrega de Indiana Jones ya es posible. La Fe y el Clínico ofrecen la posibilidad de calzarse "unas gafas de visión por ordenador" que proyectan imágenes. Están pensadas para pacientes "jóvenes y que sufren claustrofobia" y el objetivo es hacerles más llevadero el mal trago. "Es una alternativa a la sedación", explica Vicente Benlloch, radiólogo y director científico de la empresa Eresa.

El "invento" se está aplicando con "buenos resultados" desde 2003 en Valencia, siempre según Benlloch, y viene a ser un complemento de los audífonos que algunos centros también ofrecen para escuchar música durante la resonancia y amotiguar así el ruido que produce la máquina. Con todo, ese estruendo tiene los días contados: "Llegará el momento en que no se oirá nada", augura Vicente Benlloch.

Llegará un día en que la máquina de resonancia será silenciosa

La resonancia magnética es una técnica que sirve, entre otras cosas, para diagnosticar tumores, prevenir infartos... En el caso del cáncer de mama sustituye a las mamografias cuando se trata de pacientes con riesgo genético a heredarlo (pues la mamografia puede coadyuvar en su desarrollo) o de pacientes jóvenes (la densidad de la mama puede llegar a invalidar la mamografía).

En el cáncer, el diagnóstico es de lo más fiable: si el resultado es negativo, hay una certeza casi del 100% de que el paciente está sano; si sale positivo, hay que completarlo con otras pruebas para confirmar la existencia de un tumor.

La resonancia magnética también se está aplicando a la enfermedad de Alzheimer, para detectarla precozmente y saber si el tratamiento está surtiendo efecto, y en la cirugía de epilepsia, para operar con la máxima precisión y evitar complicaciones como que la capacidad de aprendizaje del intervenido quede mermada.

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