El mexicano Manuel Uribe, que fue durante una época el hombre más obeso del mundo, ahora busca imponer una nueva marca: la persona que ha perdido más peso.

Uribe, quien llegó a pesar tanto como un automóvil pequeño de media tonelada, está a dieta en el confinamiento de una cama reforzada, de la que no se ha levantado en los últimos 6 años por su sobrepeso.

Desde que inició su dieta a base de toronjas, claras de huevo, pescado, pollo, vegetales y cacahuates, el hombre ha perdido 235 kilos. Ahora, con sus 325 kilos, Uribe aún no puede mover sus abultadas piernas, pero espera poder salir de casa el próximo mes para celebrar su cumpleaños 43. Esa sería su tercera salida de casa en seis años.

Uribe pasó la década de 1990 comiendo pizzas y hamburguesas y bebiendo gaseosas en Estados Unidos, donde trabajaba como técnico de computadoras. Ya de vuelta en México, siguió con su adicción a la comida basura, dándose tremendos atracones de grasosos tacos, que le llevaron a pesar 560 kilos y al título del hombre más gordo del mundo en el libro de récords Guinness.

Pidió ayuda en TV

En México, Uribe se sometió a una liposucción que le causó hinchazón permanente, pero no le ayudó a reducir de peso. Desempleado, abandonado por su esposa y con la salud deteriorándose cada día, el inmenso hombre hizo una aparición en la televisión mexicana pidiendo ayuda, lo que despertó el interés internacional en su caso.

Uribe, quien es cuidado por su madre Otilia, declinó una oferta para realizarle un 'by pass' gástrico en Italia, sin embargo aceptó la ayuda del doctor estadounidense Barry Sears, quien le hizo perder peso con la dieta de 'The Zone', régimen alto en proteínas y bajo en carbohidratos.

Y al parecer no sólo ha perdido peso. "Antes sufría de impotencia pero ya todo funciona bien, pregúntale a mi novia", dijo sonriente, explicando además que "la gente de Guinness" le ha comentado que podrían incluirlo eventualmente en su libro de récords por su pérdida de peso.