El informe de la Síndica de Greuges referido al año pasado demanda a las Administraciones "compromisos específicos" para "ordenar" la actividad de los casales falleros, ya que durante 2007 le llegaron varias quejas relativas a "molestias" por el ruido que generan.

El texto recoge 167 quejas en Medio Ambiente, 88 de ellas contaminación acústica (o sea, más de la mitad). Por eso, la Síndica, Emilia Caballero, pide que se garantice que los locales dispongan de la adecuada insonorización". Y sigue: "Es preciso hacer compatible el legítimo derecho al ocio vinculado a las fiestas populares valencianas con el derecho al descanso, a la calidad de vida, a la salud y a la inviolabilidad del domicilio, que están implícitos en la lucha contra la contaminación acústica".

Además, destaca el elevado número de quejas referidas al "funcionamiento anormal" de establecimientos con ambientación musical y constata que se verificaron supuestos en los que dichos locales "funcionaban sin licencia ambiental.

La Ley 2/2006 de 5 de mayo, de Prevención de la Contaminación y Calidad Ambiental, "proporciona instrumentos fundamentales para garantizar la calidad de vida de la ciudadanía", por lo que, dice Caballero, su aplicación "debe ser efectiva". En concreto, plantea como alterrnativas la planificación acústica o la posibilidad de declarar determinadas zonas en situación de saturación acústica.

El informe del Síndic de Greuges de 2007 también señala que las quejas presentadas en materia sanitaria han sido las más elevadas en número desde que la Institución comenzó su andadura, 100 en total, que se centran en la organización y funcionamiento de los centros sanitarios, listas de espera, falta de anestesia epidural y las "deficientes" infraestructuras en algunos de los centros.