Esto es al menos lo que creen haber descubierto un grupo de científicos estadounidenses, ingleses y australianos, cuyas investigaciones han sido publicadas en la revista Current Biology.
Aunque se trata de insectos herbívoros, los expertos observaron que, en situaciones de escasez de alimento, las langostas más jóvenes que aún no pueden volar se comían a sus compañeras.
Presas del pánico, los insectos se agrupan y huyen volando para evitar la persecución de las "caníbales hambrientas". Este comportamiento continúa hasta que las langostas jóvenes alcanzan la fase adulta de su círculo de vida y despegan a volar.
Los autores del estudio esperan que su trabajo ayude a controlar las poblaciones de langostas a fin de evitar los desastres que pueden llegar producir.
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