La milicia chií había conseguido el control de toda la parte musulmana de la capital a excepción del distrito de Tarek al-Yadeedi, una zona mayoritariamente suní y leal al Gobierno.

Tras tres días de enfrentamientos en las calles, en los que han muerto, según las cifras de la policía, 11 personas y otras 30 han resultado heridas, los militantes de Hizbulá y sus aliados del partido chií Amal se han hecho con Beirut Oeste, el corazón político, financiero y comercial de la capital.

Este viernes, en concreto, una granada ha alcanzado la parte exterior de la casa del líder de la mayoría antisiria, Saad Hariri. Además, la televisión Futuro, propiedad de Hariri, ha suspendido este viernes sus emisiones y ha sido evacuada por el Ejército ante las amenazas de Hizbulá.

La suspensión llega después de una sangrienta noche en la que al menos once personas han muerto y otras treinta han resultado heridas en enfrentamientos en Beirut entre partidarios de la mayoría y de la oposición, encabezada por la milicia pro siria.

Poco antes, hombres armados habían atacado la sede de la televisión, después de haber hecho lo mismo con los locales del periódico del mismo nombre, que también fue evacuado. Los empleados del canal abandonaron el edificio, en el oeste de Beirut, protegidos por el Ejército. El diario al-Moustaqbal y la radio Este, también pertenecientes a la familia Hariri, han corrido la misma suerte.

"Una declaración de guerra"

El enfrentamiento se ha producido poco después de que el secretario general del grupo chií libanés Hizbulá, Hasan Nasralá, asegurase que la decisión del Gobierno de desmontar la red de comunicaciones de su grupo "es una declaración de guerra".

Según Nasralá, esta red levantada por Hizbulá de manera paralela a la estatal es "la principal arma de la resistencia", en alusión a la milicia pro siria. "Cortaremos la mano que se acerque a las armas de la resistencia", dijo Nasralá".