Esteban Sapir: "'La antena' no es ni incomprensible ni lejana, pero sí diferente"

  • Se estrena 'La antena', película argentina muda y en blanco y negro.
  • La dirige Esteban Sapir, realizador publicitario y de videoclips.
  • Hablamos con su director sobre el filme, premiado en varios festivales.
Imagen de 'La antena', de Esteban Sapir.
Imagen de 'La antena', de Esteban Sapir.
SHERLOCK FILMS
Imagen de 'La antena', de Esteban Sapir.
¿Que el cine mudo vuelve a las pantallas? No, ni se reestrena Metrópolis ni
Sherlock Films, que distribuye la cinta, se ha vuelto loca:
La antena, además, de una película muda y en blanco y negro, ha recibido halagos en los Festivales de Sitges, Rotterdam o Budapest. Hablamos con
Esteban Sapir, su director, sobre una cinta arriesgada, a mitad de camino entre el cuento y el cómic, la propaganda fascista y el fantástico mundo de

¿De dónde surge La antena?

De lo formal: quería hacer una película que conjugara la fascinacion que siento por el cine mudo y las vanguardias con la impronta del cómic más actual. Algo donde el aspecto gráfico interactuara con los personajes. El tema viene después, al pensar en la comunicación y el conocimiento que tengo, por mi trabajo, de los recursos audiovisuales para vender productos. También me preocupaba cómo los medios ejercen una influencia unilateral respecto a un hecho. Es, entonces, una suerte de ensayo para contar todo eso.
Tuve que hacer un stroy board con tres mil dibujos para explicar la película"
¿Es más difícil recrear la estética del cine clásico, mudo y en blanco y negro, que mostrar algo moderno?

La película adopta elementos de ese cine que nombras, pero transformado. Es una especie de 'collage' de muchos elementos. Es una cinta posmoderna. No era fácil explicárselo a la gente que participó en el filme: hice un story board con tres mil dibujos que funcionó como guión.
¿Hasta qué punto está hecha 'manualmente', con trucos del cine clásico?

Era mi idea inicial, pero fue imposible hacerlo todo artesanal. Con ordenadores simulamos esa apariencia analógica, sus texturas. Vimos muchas películas clásicas, imitando sus efectos. La posproducción nos ocupó un año y medio, con doce personas trabajando sin parar.
¿Cambió mucho el proyecto según avanzaba la producción?

La historia inicial, de cincuenta páginas, era muy literaria. Sabía que tendría que ser muy simple para soportar un aspecto formal tan complejo... Y sí, la película cambió mucho en el proceso de edición. En la búsqueda de la estructura final se quedaron muchas imágenes fuera, que saldrán en el DVD.
¿Cómo eligió a sus actores?

Dibujé los personajes y busqué actores con sus características físicas.
Alejandro Urdapilleta o Valeria Bertucello, actores conocidos del teatro independiente argentino, mostraron mucho interés por participar en un proyecto tan atípico. Se aferraron a sus personajes aportando sus ideas y regalándome toda su capacidad histriónica, algo que necesitaba para una película muda.
La cinta ha costado un millón de dolares: no es mucho, considerando el trabajo de posproducción"
¿Cuánto duró el rodaje, y cuál fue el presupuesto?

Once semanas, un rodaje largo para una película argentina. El presupuesto fue de un millón de dólares, lo que tampoco es demasiado considerando el enorme trabajo de posproducción.
¿No temía que fuese demasiado 'atípica'?

Obviamente, no pensaba en una película masiva... Desde que fundé, con unos colegas, una productora publicitaria -
ladobleA, una de las más importantes de Argentina-, queríamos hacer un largometraje, y finalmente pudimos hacerla en 2004. Además de como proyecto cinematográfico, era una buena carta de presentación para una productora con la que queremos hacer más películas.
¿Llegaron a imaginar este éxito?

No. Ha recorrido muchos festivales, con muy buenas críticas y un núcleo de público que la ha recibido muy bien en Inglaterra, Francia, Alemania o Hungría.
La música es una parte fundamental...

Habia trabajado con Leo (Leo Sujatovich, compositor) en varios anuncios... Fue un trabajo ímprobo: una obra de casi dos horas que tenía que aguantar la película. Tomamos como punto de partida el cine mudo y sus partituras, que cada personaje tuviese su melodía y música particulares. Cuando grabamos la banda sonora con una orquesta, proyectando la película al tiempo, se me puso la carne de gallina.
La televisión hace perder a la gente su propia visión de las cosas. La hace más pasiva"
Su película también habla de política, de los medios de comunicación.

Rescaté los aspectos que más me impactan de la actualidad, y uno de ellos es la manipulación que efectúan los medios de comunicación al informar de los hechos, sobre todo los políticos.

La televisión nos trae 'la comida' ya hecha a la mesa, condimentada de una manera determinada, y eso influye en la gente y la hace perder su propia visión de las cosas. La hace más pasiva y eso, a nivel mundial, da sensación de manipulación, de totalitarismo. En la película lo relaciono con los nazis y su propaganda masiva, que ha influído en la publicidad actual, en la que se vende igual un bote de mayonesa que un político. Me han criticado por eso, pero se equivocan: yo no critico a la televisión o a los medios, sino a su mal uso. No estoy en contra de la televisión, sino del lavado de cabeza que realiza.
¿Qué cine te gusta? ¿Con quién han comparado La antena?

Me gustan los clásicos y el cine de autor, pero también veo las comedias americanas más comerciales. Mis gustos, en todo caso, van desde Tarkovski o
Bergman a directores modernos como
Von Trier. En cuanto a comparaciones... Me han hablado de
Tim Burton, lo que evidentemente me enorgullece. No le tuve como referente, pero puede haber una conexión con su ternura, oscuridad, melancolía o poesía.
¿Cómo era Picado fino, tu primera película?

La empecé en 1994, pero terminó estrenándose en el Festival de Berlín de 1997... Es una película sobre adolescentes, sobre cómo un adolescente contempla el mundo que le rodea. Ha pasadomucho tiempo pero sigo viéndola muy actual. En Argentina se transformó en una película de culto, solitaria, experimental.
¿Cómo animarías a la gente a ir a ver La antena?

Porque es ir al cine para ver algo totalmente diferente pero que no será ni incomprensible ni lejano. Les diría que se dejen cautivar por este pequeño mundo, por esta pequeña obra, en la que pueden adentrarse como un niño al que dan un juguete nuevo. Ese público ha de involucrarse desde la inocencia, ese lugar donde pueden más las sensaciones que el raciocinio.
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