Flipy es el científico loco que cada noche lleva al plató de El hormiguero (Cuatro; L a J a las 21.30 h) un curioso y espectacular experimento científico.

Debe tener usted el plus de peligrosidad más alto de la tele...

(Risas) Es posible, y Pablo también, lo tenemos los dos.

¿Era ya un científico loco antes de El hormiguero?

Yo me considero un científico de letras. Lo de las ciencias ha sido un máster de estos dos años del programa.

¿Ya hacía experimentos de pequeño?

De pequeño era un poco trasto y siempre andaba con el Quimicefa, el Magia Borrás... La ciencia tiene algo de magia . Me gusta experimentar, si no lo haces no llegas a sitios a los que nunca soñaste llegar.

O sea, que le gusta probar de todo...

(Risas) Tanto como eso no...

Su sección es un servicio público...

Hacemos ciencia para entretener, para divertir. Estuvimos en la feria de la ciencia y los profesores que había por allí nos decían que el programa les servía para acercar y explicar la ciencia a sus alumnos.

¿Y qué opinan los científicos?

Al principio teníamos miedo de la reacción de la comunidad científica, pero hemos obtenido una respuesta estupenda, tenemos proyectos para colaborar con la UPM (Universidad Politécnica de Madrid), con empresas de desarrollo, con el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), con el Museo Oceanográfico de Cartagena... Además, la nueva ministra de Ciencia e Innovación vendrá pronto al programa.

¿Fastidia cuando el experimento no sale en directo?

Es lo mejor del programa. En la tele se tiende a que todo sea perfecto y nosotros hemos hecho bandera del fracaso, siempre con humor. Tenemos el valor de hacer ciencia en directo, y eso es muy complicado. A veces hemos hecho cosas en los ensayos que luego no han funcionado, porque estaba puesto el aire acondicionado, por ejemplo.

¿De dónde sacan las ideas?

Hay un equipo de tres personas, el Hombre de negro, Juanjo y yo. Juanjo y el Hombre de negro rastrean por todas partes y encuentran experimentos de todo tipo. Eso sí, los más raros nos los proponen desde universidades y laboratorios.

¿Laboratorios?

Sí. Para un investigador es fantástico poder sacar su experimento de una pequeña probeta y hacerlo a lo grande.

¿Qué dice Pablo Motos cuando le cuentan lo que van a hacer?

Pues dice "¿podríamos hacerlo más grande?". Él es peor que nosotros (risas).

¿Quién es el misterioso Hombre de negro?

Es una persona que tiene problemas para comunicarse con otros seres vivos, pero muy inteligente (risas). Es medio ruso medio alemán. Estudió Ingeniería Electrónica en Moscú y su padre era investigador. Lo conozco desde hace años y es un tipo muy gracioso, además es nuestro salvavidas.

¿En qué momento ha pasado más miedo?

Cuando me elevaron con globos de helio, menos mal que estaba atado con una cuerda... También en un par de explosiones que despedían gases no demasiado buenos... A Pablo una vez se le clavó un tenedor en la frente, se nos congeló un dedo... esto es de verdad.

¿A quién tiene en su testamento?

(Risas) Mi pelo se lo dejo a Jandro, y lo demás a mi perra biónica.

Hablando de pelo... ¿Pasa por peluquería?

No, según me levanto voy al Hormiguero o si no meto los dedos en un enchufe (risas).

¿No lo flipan los vecinos del plató?

Mucho. Ensayamos en un patio común con otros edificios y los curritos salen a ver los experimentos.

¿Por qué le llaman Flipy?

Porque de pequeño me quedaba a dormir con mis primos y como dormía con los ojos abiertos, mi primo me decía que estaba flipado. Su hermano era sonámbulo, así que liábamos unas...

¿Cuál es su próximo reto?

Vamos a darle una vuelta a lo de caminar sobre las aguas, con un producto que si andas despacio flotas y andas rápido te hundes. ¡Y muchas más cosas!

Se llama Enrique Vergara y tiene 34 años. Es de Madrid y se reconoce de letras, aunque estudió ciencias con notas "reguleras". Conoció a Pablo Motos trabajando en el programa de M80 No somos nadie.