Dmitri Medvédev ha tomado este miércoles posesión como nuevo presidente de Rusia, en sustitución de Vladimir Putin, en una ceremonia solemne celebrada en el Gran Palacio del Kremlin.

Con gesto serio y paso firme, Medvédev ha recogido el bastón de mando de su delfín y principal valedor. Con la mano derecha sobre un ejemplar de la Carta Magna, Medvédev ha jurado defender la Constitución y los derechos de los ciudadanos.

En sus primeras palabras tras jurar el cargo ha destacado que considera como "importantísima tarea" el "desarrollo de las libertades cívicas y económicas" y planteó el objetivo de convertir a su país en "uno de los mejores del mundo".

Tras el juramento, el presidente del Tribunal Constitucional, Valeri Zorkin, ha proclamado a Medvédev jefe del Estado y una orquesta ha entonado el himno nacional.

Al término de la breve alocución de Medvédev, su antecesor, Vladímir Putin le ha entregado la insignia presidencial, con lo que a las 12.08 hora de Moscú (08.08 GMT) ha dejado de ser presidente de Rusia.

Toda una incógnita

Dmitri Medvédev encarna tanto las esperanzas de cambio como las sospechas de que todo seguirá igual que con su antecesor y padrino, Vladímir Putin.

Putin le eligió como sucesor al no poderse postular a la Presidencia por tercera vez consecutiva.

El ex profesor de derecho romano de 42 años ha exhortado a construir viviendas y extender internet por todo el país y a erradicar la corrupción e imponer el imperio de la ley.