No comenzó del todo mal el encuentro para los ilicitanos. Los locales aguantaron el dominio de la Unión Deportiva Salamanca y Willy Caballero, tan salvador en otras ocasiones y con tanto trabajo en esta tarde, ya tuvo que atajar un cabezazo charro en los cinco primeros minutos. Al otro lado Alberto también paró un disparo de falta de Cobo. Pero hasta ahí y ya no más: el repaso fue profundo e inmisericorde.

El Salamanca no guardó ningún respeto por un equipo que lucha por ascender y que ayer se llevó un soberano disgusto. Los goles se espaciaron lo suficiente como para sonar a mazazo acompasado, primero en el minuto 19, salido de las botas de Quique Martín, luego en el 35, exactamente del mismo sitio y, finalmente, a los 20 minutos de la segunda parte, en este caso de la imaginación de David Rodríguez.

La derrota duele en Elche por cómo se produjo y David Vidal sabe que le quedan pocas balas en la recámara. Sus jugadores le respetan y respetan a rajatabla su código de premios y castigos. Chino Luna no se extrañó al ser sustituido a la media hora después de fallar cada oportunidad planteada, pero hace falta algo más que un código de honor para ganar los partidos.

Supone un reto difícil sobreponerse rápidamente a la derrota y las lesiones de ayer. El Elche reparte sus goles entre tantos jugadores, hasta diecisiete, tanto por su labor de equipo como por la ausencia de un rematador claro. Ahora, si Luna continúa esquivo y Díaz visita la enfermería, el tamaño del área contraria parecerá crecer algo más.

Pero el Elche no sólo quedó descolocado en el terreno de juego, la arrolladora victoria del Sporting en Sevilla, a cuyo filial logró encajarle cuatro goles, le sitúa a cinco puntos de los franjiverdes, una distancia que parece mayor al comprobar que un nuevo equipo, el Castellón ya ha conseguido colocarse por delante del Elche y por detrás de la Real Sociedad. Demasiado para un solo día nublado.

CONSULTA AQUÍ MÁS NOTICIAS DE ELCHE