Coixet: "Los hombres temen comprometerse y hablan antes de 'tías' que de mujeres"

  • Isabel Coixet estrena en España 'Elegy', su última película.
  • Penélope Cruz y Ben Kingsley son sus protagonistas.
  • Basada en una novela de Philip Roth, describe la madurez masculina.
La cineasta catalana Isabel Coixet, en la presentación de 'Elegy'.
La cineasta catalana Isabel Coixet, en la presentación de 'Elegy'.
EFE
La cineasta catalana Isabel Coixet, en la presentación de 'Elegy'.
Se estrena este viernes Elegy, la última película de la directora catalana Isabel Coixet. Tímida a la vez que habladora, la cineasta explicó a
20minutos.es las claves de la cinta, una adaptación de la novela
El animal moribundo del escritor estadounidense Philip Roth.


¿Cómo es David, el protagonista de Elegy?

Está muy confundido. Es muy culto, pero es incapaz de reconocer que quiere a alguien y tampoco acepta que le amen. Cree ser más fuerte y valiente por encerrarse en sí mismo, cuando lo valiente es amar y ser amado. Querer y que te quieran te fortalece, no te debilita.
Lo valiente es amar. Querer y que te quieran te fortalece, no te debilita"
Cuando habla de Consuela nunca lo hace en términos cariñosos.

La minusvalora, es "la cría que me estoy follando". Bromea sobre el Viagra y el sexo para ocultar sus sentimientos: mis amigos lo hacen cuando hablan de mujeres. Los hombres temen el compromiso, prefieren hablar de "tías" que de "mujeres".
¿Y con su hijo? ¿Por qué se llevan tan mal?

El del hijo es el personaje de la novela que menos me gusta. Contemplé la posibilidad de eliminarlo de la película, pero
Philip Roth quería que saliese. Él no ha sido padre, y contempla la paternidad como uno de los grandes conflictos del hombre: tus errores y debilidades se multiplicarán en tus hijos. El hijo del protagonista es el personaje más patético de la película: no aguanto a los adultos que siguen culpando de todo a sus padres.
¿Hasta qué punto se ha apropiado de la historia en tu película?

Leí varias veces la novela, y Roth me la leyó tres veces más... Demasiado. Decidí ir a lo mio, hacer lo que yo quería y quedarme con lo que me interesaba. La literatura y el cine son dos cosas muy distintas. Al principio temí que 'mi versión' no le gustara al autor, pero fui sintiéndome más segura y ahora creo que sí le gustará. Además, Philip Roth no necesita ya que nadie difunda su obra, ni tampoco más dinero: sólo por los derechos de tres libros ha ganado más de diez millones de dólares.
¿Por qué el sexo es mucho más sutil que en el libro?

El libro es muy explícito: David lame una menstruación de Consuela, Consuela mordiéndole el pene... No lo veía en mi película, y Philip Roth me entendio. No era por recato ni moralidad, sino porque no aportaban nada a la cinta. Yo quería que la tensión sexual estuviese en las miradas y no en los desnudos, me gusta más el erotismo perverso que el obvio.
Tuve problemas con los productores... ¡Querían que hiciese una película 'a lo Mike Nichols!"
Los directores que 'emigran' a Hollywood se quejan de las concesiones que deben hacer: ¿qué se gana a cambio?

Para empezar, mucho más dinero. Y luego, aunque dudes, no puedes negarte a trabajar con
Dennis Hopper. Es un desafío. Al principio tuve muchos problemas con los productores, que llegaron a decirme que no querían "otra oscura película europea" sino algo "a lo
Mike Nichols": un drama soporífero con final feliz. Pero todas esas broncas me fortalecieron y, a las dos semanas de rodaje, se habían acabado los problemas.
¿Tampoco lo tuvo con el final?

El del guión original no me gustaba nada: era horrible, sensiblero y efectista. Tuve que rodarlo, pero me permitieron también filmar el que yo quería, que fue el que quedó al final. Es mucho más 'complicado', pero también más realista: no hay nada sencillo en la vida.
¿Qué le supone llegar a Hollywood y rodar con estrellas?

Soy la persona menos autocomplaciente del mundo: tengo la sensación de que aún no he empezado a hacer cine. Nunca pienso en lo que ya he hecho, sino en lo que haré.
¿Qué será lo próximo?

Un thriller romántico rodado en Tokio y en soporte digital. Se me ocurrió cenando en un restaurante de la mafia japonesa; desde luego, no va a ser una película muy alegre...
¿Qué hay de Isabel Coixet en las mujeres de Elegy?

A Consuela y a mí nos gusta decir las cosas por su nombre y pedir poco: esa es su gran tragedia. Da mucho, pide poco y, para colmo, no recibe nada. Cuando uno reduce tanto sus ilusiones termina quedándose sin ellas, y eso es lo que le pasa a Manuela: David termina tratándola como a un objeto, como una obra de arte. Me siento más cercana a Carolyn, la amante 'madura': los mejores diálogos de la película los tiene ella. Me gusta su experiencia, su sentido del humor y cómo trata a David.
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