Unos trabajan y quieren completar su formación básica; otros, refrescar sus conocimientos y los más mayores, relacionarse. Casi 20.000 granadinos estudian en el turno de tarde-noche en la provincia, según los datos de la Delegación de Educación. La oferta cada vez es más amplia y este curso hay casi mil plazas más que hace dos años.

Acuden a dos tipos de centros, normalmente, entre las 16 y las 21 horas. En los centros de educación permanente la mayoría del alumnado son mujeres que quieren «reciclarse» para responder a las dudas de sus hijos y buscar una salida laboral. En los pueblos, la edad de los estudiantes sube. También son mujeres, pero desean ocupar su tiempo libre.

La otra opción para aprender fuera del horario convencional son los institutos nocturnos. Unos 3.000 jóvenes, habitualmente menores de 30 años, acuden a los 17 que hay en la provincia (seis en la capital). Suelen ser trabajadores que no acabaron los estudios y quieren hacerlo ahora para buscar un empleo mejor.

Extranjeros en la costa

Y si los menores extranjeros cada vez tienen más presencia en nuestros colegios, sus padres no se quedan atrás. Según Educación, en los últimos cinco años ha crecido mucho el alumando inmigrante en los centros de formación permanente. Ocurre especialmente en la costa y en barrios de la capital como el Zaidín o la zona Norte. Además de aprender el idioma, quieren conocer nuestra cultura.

El testimonio.

María José Casanovas es auxiliar administrativo y tiene 27 años. "Es tan duro como el diurno". María José dejó el colegio con 16 sin sacarse el graduado. Pasado un tiempo, decidió combinar los estudios con el trabajo y, si todo va bien, este curso terminará el Bachillerato. «Quiero prepararme unas oposiciones y me piden el título», argumenta.

A su juicio, el nivel de estas clases es «tan duro» como las del horario convencional. Tiene una hora semanal de cada asignatura, lo que requiere mucha constancia.