La Diputación de Vizcaya se ha marcado como objetivo que ningún menor de 6 años en situación de desprotección acabe acogido en una residencia. Y para eso, necesita que haya más familias de acogida, dispuestas a mantener temporalmente en su hogar a los pequeños.

Una de las soluciones que el ente foral ha recogido en su II Plan de Infancia 2008-2011, aprobado ayer por el Consejo de Gobierno, es la profesionalización de las familias de acogida. Esto conllevará el pago de una remuneración económica a cambio de disponibilidad para acoger en cualquier momento a los menores que deban ser separados de su entorno habitual.

El responsable de Acción Social, Juan María Aburto, reconoció ayer la dificultad de encontrar familias y recordó que «se trata de una opción radicalmente distinta a la adopción», ya que en el caso del acogimiento, el objetivo es que «el menor regrese con su familia cuando se subsanen los problemas».

82 acogimientos sólo el año pasado

El año pasado, un total de 82 menores en situación de riesgo fueron acogidos en Vizcaya por familias fuera de su hogar. De ellos, 47 lo hicieron en familia extensa, es decir, con tíos o abuelos, y los 45 restantes en familias ajenas. Todos éstos son, sin embargo, sólo la mitad de los menores desprotegidos que requieren acogimiento, ya que la otra mitad acaba en una residencia.

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