Los once habitantes del poblado okupa de Navalquejigo, una pedanía de El Escorial (Madrid), han vuelto esta semana a habitar las que consideran sus casas, después de que la Audiencia Provincial revocara la decisión de precintar las viviendas por múltiples irregularidades en el proceso judicial de su desalojo.

"Por primera vez parece que están haciendo las cosas de manera legal", se felicitaba Oscar, uno de los okupas. "Ya hemos podido entrar en casa. Es un gusto volver a dormir aquí", dijo a 20 minutos.

Desalojo a la fuerza

Los habitantes de Navalquejigo, mayoritariamente artesanos, fueron desalojados el 27 de febrero del año pasado por orden de un juzgado de El Escorial. Cien agentes antidisturbios de la Guardia Civil cercaron ese día el poblado y sacaron a la fuerza y esposados a los okupas.

"Debía haber sido un deshaucio civil, porque el denunciante pidió un desalojo por ruina de las casas no por usurpación. Pero lo llevaron por lo penal", explicó ayer Lola Rico, abogada de los okupas. "La sentencia destaca otro error y es que quien interpuso la demanda penal no es el verdadero propietario de los terrenos y por lo tanto no puede ser parte en el juicio", dijo Rico.

Celebración de la vuelta

Navalquejigo, un poblado que data de la época medieval, fue vendido en medio del proceso a una constructora (Edisan). Los okupas nunca dejaron el pueblo y vivieron el tiempo que las casas estuvieron precintadas en unas caravanas. No saben cuánto tardará el nuevo propietario en iniciar trámites legales de deshaucio o desalojo. De momento, ellos piensan celebrar la reokupación legal este sábado con una "fiesta privada".