La montaña pintada de azul, el reclamo turístico de la pedanía de Cabezo de Torres

  • La pintó un vecino que tuvo que abandonar el pueblo por el revuelo.
  • Ahora los vecinos se dan cuenta de que es un reclamo turístico.
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Un vista de la localidad desde el monte.
Un vista de la localidad desde el monte.
EDU BOTELLA
Un vista de la localidad desde el monte.
Lo que generó una gran polémica en Cabezo de Torres se ha convertido en un atractivo turístico más para pedanía. Un vecino pintó de azul las rocas del popular Cabezo de la Cruz, encima de la iglesia, hace aproximadamente una década. Tras el revuelo que causó tuvo que marcharse del pueblo, pero ahora «viene mucha gente para ver esta obra», cuenta un vecino.

«Se ha convertido ya en una seña de identidad de la pedanía a la que no damos valor», cuenta una anciana que vive junto a la montaña.

Y es que la pedanía murciana de Cabezo de Torres ya no es lo que era. A cuatro kilómetros del centro de Murcia, se ha convertido en una zona residencial privilegiada. Cuando se construyan las cerca de 30.000 viviendas previstas en convenios urbanísticos, superará los 100.000 habitantes.

Pero la mayoría de los vecinos piensan que faltan servicios. «No hay suficientes infraestructuras. La pedanía se colapsa cada vez que hay un partido de fútbol en el estadio Nueva Condomina. Se embotella de tal forma que si ocurriera algo los Bomberos no podrían entrar», explica José Antonio Vives, portavoz socialista en la pedanía.

Una vecina, Carmen Moreno, coincide en la falta de infraestructuras: «No hay carreteras y las que hay están en mal estado. Hay muchos coches y camiones de urbanizaciones e industrias».

No hay carreteras y las que hay están en mal estado. Hay muchos coches y camiones"

En el otro lado de balanza está que «ya no queda mucha huerta, pero Cabezo de Torres se ha convertido en una buena zona y viene gente buena de fuera a vivir aquí», cuenta el quiosquero Cayetano Lax.

Eso sí, a costa de convertirse en una de las zonas más caras de Murcia y que «muchos jóvenes de la pedanía prefieran ir a vivir a Molina o Santomera», dice el presidente de la Asociación de Vecinos, Antonio Ortega.

El aumento de población genera problemas, sobre todo, porque hay un solo centro de salud para tanta población. «Faltan médicos de guardia», asegura Antonio José García, otro vecino.

La línea 10 de Latbus también centra las críticas de los vecinos. Aunque oficialmente pase cada 15 minutos por las paradas llega a alcanzar retrasos de media hora. «En diciembre los vecinos llegaron a realizar un motín ante la demora del autobús», recuerda José Antonio Vives.

En cambio, la cercanía con Murcia y la futura creación de infraestructuras deportivas y sanitarias convierten al Cabezo en una de las pedanías privilegiadas.

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