El Surrealismo en el Guggenheim: cuando lo fantástico es real

Retrato de Edward James, de Magritte.
Retrato de Edward James, de Magritte.
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Retrato de Edward James, de Magritte.

El Museo Guggenheim explora la influencia del Surrealismo en el mundo del diseño: teatro, interiores, moda, cine, arquitectura y publicidad, a través de esta muestra.

Con cerca de 250 objetos procedentes de colecciones públicas y privadas de todo el mundo, muchos de los cuales no se habían exhibido con anterioridad, Cosas del Surrealismo pone de relieve las tensiones que surgieron a raíz de la creciente comercialización de la estética visual de este movimiento.

La muestra pone especial énfasis en Dalí, el artista surrealista más célebre de España, y en la relación de Peggy Guggenheim con este movimiento. La exposición incluye mobiliario, pinturas, esculturas, vestuario, joyas, cerámica, textiles, fotografías y cine distribuidas en cinco secciones temáticas: El ballet; El Surrealismo y el objeto; El interior ilusorio; La naturaleza se vuelve extraña; y La exhibición del cuerpo.

La muestra también proporciona un contexto histórico para el Surrealismo señalando las exposiciones y eventos más relevantes, y resaltando las obras posteriores de los artistas y diseñadores surrealistas cuyas carreras fueron más allá de este movimiento.

Así nació, creció y murió el Surrealismo

En 1924, el escritor francés André Breton publica en París el primer Manifesto del Surrealismo, que reunía las ideas de un grupo de intelectuales afines. Aunque inicialmente surgió como un movimiento literario, el Surrealismo pronto quedó vinculado a las artes visuales, siendo su precedente inmediato el movimiento Dadaísta de París, que comenzó su andadura en 1916 en el Cabaret Voltaire.

Influenciados por las teorías psicoanalíticas de Freud, los surrealistas utilizaron en sus procesos creativos modos de trabajar espontáneos como la pintura automática y la representación de imágenes fantásticas e incongruentes para revelar el subconsciente humano. Sin embargo, muchos de ellos, como Louis Aragon, René Magritte o Salvador Dalí, también se sintieron atraídos por la política, la comercialización del arte o la vistosidad de la publicidad y la moda, lo que provocó importantes tensiones internas en el grupo.

Este movimiento tuvo una gran repercusión social y mediática porque sus integrantes participaban en numerosos actos públicos, conferencias y exposiciones con el fin de difundirlo al gran público. Así mismo, crearon numerosos soportes de divulgación como las revistas Littérature, La révolution surréaliste o Minotaure.

Como resultado, estas ideas se propagaron desde París hasta Gran Bretaña, Estados Unidos, México o Japón, debido también a los múltiples viajes y exilio posterior de artistas como Max Ernst en Nueva York, Remedios Varo en México D.F., o a mecenas como Peggy Guggenheim o el británico Edward James, cuya propia residencia, la Casa Monkton en Sussex, Inglaterra, era un claro ejemplo de la influencia surrealista en el diseño.

El Surrealismo perdurará en París hasta la muerte de Breton en 1966, e irá desvaneciéndose pero sin abandonar del todo su influencia en la cultura y la sociedad hasta nuestros días.

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