Año tras año, el número de celíacos no deja de crecer. En una década, las personas intolerantes al gluten (una proteína presente en algunos cereales) se ha cuadruplicado en la región, al pasar de los 8.000 diagnosticados en 1997 a los 32.000 de ahorara, según el servicio de Gastroenterología Infantil del hospital de La Paz.

Este repunte de la enfermedad celíaca se debe a dos motivos. En primer lugar, a que cada vez «se diagnostica más», indica Manuela Márquez, presidenta de la Asociación de Celíacos de Madrid. En segundo lugar, «el abandono de la lactancia antes de los seis meses e introducir de golpe el gluten en la dieta de los niños hace que haya más riesgo de ser celíaco cuando existen antecedentes familiares», subraya Carmen Ribes, jefa de Gastroenterología Pediátrica del hospital La Fe de Valencia.

Lactancia materna, una vía de prevención

Esta opinión es compartida por colectivos prolactancia materna, como la Liga de la Leche, que aseguran que dar el pecho ayuda a prevenir alergias en el bebé y «protege de infecciones intestinales que causa el trigo», según la doctora Isabel Polanco, de la Paz.

Por eso la doctora Ribes y las monitoras de la Liga de la Leche aconsejan alternar las tomas del pecho con la introducción de papillas de cereales en pequeñas cantidades o purés de fruta, en lugar de cortar radicalmente con la leche materna. Aunque desde la Asociación de Celíacos se muestran cautos sobre la influencia de la dieta de los lactantes en el desarrollo de la alergia, Márquez cree que «retirar el pecho antes de los seis meses podría influir en que el niño se convierta en celíaco».

Varios hospitales de toda España participan en un estudio europeo para averiguar si la prolongación de la lactancia materna previene la enfermedad celíaca en niños. No obstante, la intolerancia a esta proteína no es exclusiva de los niños, porque se puede desarrollar en cualquier momento de la vida.