Los representantes de ambos Gobiernos, que se han reunido hoy en Madrid, también han previsto la posibilidad de que funcionarios policiales españoles puedan trabajar "in situ" con sus colegas brasileños con el mismo fin.

En la reunión celebrada tras las quejas de las autoridades brasileñas por el aumento del número de brasileños rechazados en Barajas por incumplir los requisitos de entrada que fija la UE, se ha acordado además establecer una "línea directa" para resolver con agilidad incidentes que puedan surgir en ambas fronteras.

España y Brasil salieron al paso para negar las especulaciones que apuntaban a una crisis entre ambos países por las discrepancias en la política migratoria.

Los problemas nacieron cuando Brasil hizo suyas las denuncias de algunos de sus ciudadanos que habían sido deportados de España. El país sudamericano reaccionó a esta presunta "ola de expulsiones" rechazando la entrada de 20 españoles en tan sólo seis días.