El plan de Paulson pretende reformar la regulación financiera de EE UU, que data de entonces, y dar más poder a la Reserva Federal para vigilar las cuentas de las firmas de Wall Street. El objetivo: asegurar la estabilidad de los mercados financieros, que han sufrido grandes pérdidas contagiados por la crisis inmobiliaria.
No obstante, el secretario del Tesoro aseguró en su discurso que los cambios, que requieren la aprobación del Congreso, no se implementarán hasta que los mercados financieros se estabilicen. Será una tarea de muchos años, a su juicio, con lo que pasará a las manos de quien gane las elecciones presidenciales en noviembre próximo.
Objetivos principales
El plan contempla fundir las agencias reguladoras bajo la dirección de tres entidades que seguirán tres objetivos respectivos: vigilar la estabilidad de los mercados, ocuparse de la salud financiera de los bancos y garantizar la protección a los consumidores e inversores.
La Reserva Federal se encargará de la primera tarea, con más poderes para investigar las cuentas de los bancos de inversión, fondos de riesgo y cualquier otra entidad que pueda amenazar la estabilidad del sistema financiero. Las otras dos entidades reguladoras serán de nueva creación.
Paulson también propuso establecer una comisión federal que vigile la forma en que los bancos otorgan hipotecas, un negocio que actualmente está regulado casi íntegramente por las autoridades estatales. Además, el secretario del Tesoro sugirió fundir la Comisión del Mercado de Valores, la agencia principal que regula a las empresas de Wall Street, con la Comisión del Mercado de Futuros de Materias Primas.
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