En Granada sólo hay un agente por cada 32 mujeres maltratadas con medidas de protección. Los datos de la Confederación Española de Policía (CEP) lo dejan claro: nuestra capital, pese a ser una de las mejor dotadas del país, únicamente dispone de 15 efectivos para proteger a 480 víctimas de malos tratos.

«El 99% de los agentes destinados a la unidad de protección de violencia de género están en segunda actividad. Tienen entre 55 y 58 años y muchos están prejubilados», asegura Francisco Huertas, secretario general de la CEP en Granada. «Les recomendamos que también llamen al 091 si es algo muy urgente», añade.

Como son tantos casos, se ordenan según niveles de riesgo. Así, hay mujeres con las que se contacta varias veces a la semana y otras con las que hay que realizar labores de escolta. Según Huertas, «en la práctica se mantiene una relación más estrecha con unas 15 de las 32 víctimas que protege cada agente».

Para el Sindicato Unificado de Policía (SUP), cada agente debería atender un máximo de entre 5 y 10 casos, y sólo uno de alto riesgo. Según César Calín, secretario provincial de este colectivo, el aumento de la plantilla destinada a estas labores es una «reivindicación de hace tiempo».

Sin embargo, pese a estos datos, Granada se encuentra mejor que otras ciudades andaluzas. En Sevilla, por ejemplo, cada agente debe ocuparse de 105 víctimas, en Córdoba de 72 y en Málaga, de 58. Fuera de la comunidad la situación es más grave. En Toledo cada policía vela por la seguridad de 200 mujeres.

Ellas se sienten protegidas

Pero las víctimas de malos tratos no notan ese gran volumen de trabajo que soportan quienes las protegen. «Ellas están contentas. Están pendientes de sus casos y las mujeres se sienten seguras. El grado de satisfacción es alto con este servicio», sostiene Carmen Solera, coordinadora provincial del Instituto Andaluz de la Mujer. Añade que cada caso se aborda de manera individualizada según su nivel de riesgo.