Aparentemente ajena a la foto de su desnudo que circula por medio mundo, Carla Bruni ha aprobado con nota su debut internacional como primera dama. El sitio elegido ha sido Londres, donde ha aterrizado poco antes de este mediodía para acompañar a su marido y presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, en una

Ataviada con un sobrio pero elegante abrigo gris estilo años 50 y un sombrero a tono, la ex modelo y cantante ha descendido por las escalerillas del avión en el londinense aeropuerto de Heathrow con un aire que recordaba a Jackie Kennedy, pero a la francesa.

Eso sí, en lugar de tacones, como aquélla, Bruni ha elegido para la ocasión

Sarkozy y Bruni han sido recibidos por el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra, y por su esposa, Camilla Parker-Bowles, duquesa de Cornualles. Junto a ellos se han trasladado al Palacio de Windsor, donde han sido recibido con honores por la reina Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo.

Tono distendido y relajado

Éste era, sin duda, el momento más esperado, aquél que todos los expertos en protocolo estaban esperando. Bruni no ha decepcionado, ha estado más que correcta y no ha olvidado la reverencia.

Eran muchos los que dudaban acerca del trato que la soberana británica dispensaría a la primera dama francesa, pero a la vista de todos ha quedado patente el tono distendido y relajado que ambas han mantenido en todo momento.

Sarkozy y su esposa serán huéspedes de honor de la reina y pasarán la noche en el palacio de Windsor, donde la soberana ofrecerá esta noche un banquete de Estado en su honor. Sin duda, un debut a lo grande.