Vivieron durante años escondidos tras las paredes para evitar que las tropas franquistas acabaran con su vida. Fueron los ‘topos´, ciudadanos que, tras la guerra civil española, no pudieron huir y tuvieron que quedarse en
mínimos espacios ocultos para todos menos para su familia.
Una de estas mínimas viviendas ha salido a la luz en una casa de
Béjar (Salamanca) tras la restauración integral que se hizo en ella para convertirla en una oficina del grupo TGC, informó Ical. Se encuentra en el centro de la localidad, en la conocida como calle Mayor, en
una vivienda de 1718 y tiene apenas cinco metros cuadrados.
En su interior hay sillas, botellas, un jarabe para la tos de una farmacia del municipio y diferentes documentos, como el estatuto de los trabajadores del textil catalán de 1945. Esta topera es una de las muchas que hubo en la localidad tras el conflicto y que se situaban, en su mayoría, en los alrededores de la calle Mayor y Alojería, en la zona antigua. En ellas permanecieron años, incluso décadas.
La casa pertenece desde hace 50 años a la familia de José Luis Martín, quien lo encontró, y no descubrieron el agujero al estar escondido con extremo cuidado. Todo el que quiera verlo podrá hacerlo a partir del 1 de abril.
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