El pasado fin de semana fue especialmente violento en el fútbol argentino: dos muertos, uno de ellos una niña de 12 años, y 183 detenidos tras una reyerta entre dos facciones de las "barras bravas" de Boca Juniors.
En el partido entre Huracán y Boca Juniors, que se jugó en el estadio del Argentino Juniors, ocurrió algo entre desgradable y curioso: cada vez que un jugador de Huracán se acercaba a la banda donde estaba la hinchada de Boca para efectuar un saque, recibía multitud de escupitajos.
Tantos eran, que los jugadores de Huracán tuvieron que cubrirse la cabeza con la camiseta. Sin embargo, el método se mostró insuficiente y tuvieron que acudir los agentes antidisturbios de la policía a proteger con sus escudos a los jugadores de Huracán cada vez que sacaban de banda.
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