De modo que la diferencia entre los que se van y los que vienen es de 42.267 personas, un dato positivo a simple vista que evidencia la buena salud de la economía malagueña al importar más mano de obra que la que exportamos.

Es decir, se ha pasado de 32.999 a 35.249 en 2005 y 64.111 de 2006. En ese último año este grupo de malagueños representó el 15,5% del número de contratos firmados cuando un año antes suponían el 11%.

Y este hueco que dejan los de aquí unido a los que se crean nuevos lo aprovechan inmigrantes y trabajadores de las 51 provincias españolas. De Cádiz, Sevilla y Granada procede la mayoría de los que llegaron en 2006, un 51% más que el año anterior y un 62% más que en 2004. Pese a que el paro en Málaga creció un 7% en 2005 rompiendo la tendencia a la baja y en 2006 cerca de un 2%, este colectivo aumenta cada año.

Eso sí, de la provincia se van los trabajadores cualificados y atrae a los poco cualificados, según el último informe de CCOO. Una conclusión que puede reflejarse en que el mayor número de contratados fue a la construcción y el índice de temporalidad alcanza al 91% de ellos.

Seis contratos de media en un año

Cerca de 18.000 trabajadores de la provincia tuvo una media de seis contratos durante 2006, denunció ayer CCOO. Una situación que se ve favorecida por la temporalidad y el hecho de que la economía de la provincia esté tan subordinada a la construcción y el sector servicios.

En 2006 se firmaron 721.572 contratos que afectaron a 348.373 empleados. De ellos 2.234 encadenaron contratos hasta doce veces y unos 1.981 un total de 30. Un hecho que sufren más las mujeres, el sector de la agricultura seguido de la construcción, los inmigrantes y los trabajadores no cualificados.