Los disparos y enfrentamientos continúan este sábado en Lhasa, capital del Tíbet, una ciudad sitiada por los tanques, vehículos blindados y autobuses del Ejército chino y donde ya han muerto, al menos diez personas, según han admitido las autoridades chinas.
Sin embargo, el Gobierno tibetano en el exilio dispone de "informes no confirmados" que señalan que unas 100 personas murieron en los disturbios registrados ayer en Lhasa y otros puntos del Tíbet, informó hoy a Efe un portavoz de la Administración Central Tibetana, Thupten Samphel.
El ejecutivo de la región tibetana en el exilio, con sede en la ciudad de Dharamshala, en el norte de la India, ha recibido "informes no confirmados procedentes del Tíbet" que contradicen la versión ofrecida por las autoridades chinas.
"El centro histórico tibetano donde se encuentra el templo Jokang, símbolo del budismo y donde ayer manifestantes tibetanos (monjes y civiles) prendieron fuego a más de la mitad de las tiendas de chinos allí instaladas, permanece sitiado", dijo hoy a Efe desde Lhasa un testigo que prefirió guardar el anonimato.
"Tiendas, bares y todo tipo de negocios regentados por población china instalada en el Tibet y compañías de telefonía móvil de China recibieron los ataques de manifestantes tibetanos que se quejan por la falta de empleo, el deficiente acceso a servicios como la Sanidad y la subida de los precios", añadió.
Peor revuelta en décadas
China acusó el viernes al exiliado líder espiritual del Tíbet, el Dalai Lama, de estar actuando como el "cerebro" detrás de las protestas que estallaron el viernes en la remota región del Himalaya, algo que fue rechazado por un portavoz del Dalai Lama.
"El reciente sabotaje en Lhasa fue 'organizado, premeditado y planeado' por la camarilla del Dalai", dijo la agencia oficial Xinhua .
El Dalai Lama, por su parte, aseguró que los disturbios registrados en la capital de la región, Lhasa, son "una manifestación del arraigado resentimiento de los tibetanos bajo el actual Gobierno" chino.
Condena de la UE
Grupos de manifestantes en la capital de Tíbet, Lhasa, quemaron comercios y vehículos y gritaron a favor de la independencia en las mayores protestas en 20 años.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han urgido a China a
Por su parte, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) aprobaron por unanimidad un texto de condena a China por la detención de manifestantes a favor de la libertad del Tíbet, y han pedido su inmediata puesta en libertad.
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