Parece ser que los ciudadanos de Sarpourenx, al suroeste de Francia, no podrán librarse de las multas ni después de muertos, ya que el alcalde de la localidad les ha prohibido morirse en el pueblo por falta de espacio en el cementerio.
Gerard Lalanne ha explicado que la medida es una protesta contra la decisión judicial de un tribunal que le ha impedido expropiar un terreno agrícola contiguo con el que pretendía ampliar el camposanto.
Así que todo aquel que infrinja la nueva norma será severamente sancionado. Sólo podrán morirse en el término municipal aquellas "que dispongan de sitio en el cementerio".
La medida no es nueva en la zona, y es que el año pasado el alcalde de Cugnaux ya decretó una prohibición similar.
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