En torno a 400 aficionados del Ciudad de Huelva se manifestaron en la noche de ayer por las calles de la capital convocados por la Peña Cultural Deportiva Huelva Baloncesto y la Peña Frente Choquero, para denunciar la situación en la que se encuentra el club, al borde la desaparición, mostrar su apoyo a los jugadores, y exigir una solución al la directiva y a los principales patrocinadores, el Ayuntamiento de Huelva y la entidad bancaria Cajasol.

La manifestación partió de la sede del club, situada en la Avenida Andalucía, y se desplazó hasta al ayuntamiento tras una pancarta que decía "por la salvación del baloncesto en Huelva, nosotros también somos una afición de Primera" y entre cánticos de apoyo al equipo como "Queremos baloncesto" y de crítica a los responsables de la crisis desatada, como "Baloncesto sí, embusteros, no", o "¿Dónde están los millones, los millones dónde están?". Al término de la manifestación se anunció que el viernes, día del próximo encuentro, se iniciará una recogida de firmas y que ya cuenta con el apoyo de las peñas del Recreativo y de varios clubes de ACB y LEB.

Ahora mismo plantilla, cuerpo técnico y empleados, que estuvieron en la manifestación, llevan tres meses sin cobrar, lo que ha provocado que ya se hayan marchado cuatro jugadores, tres el pasado fin de semana, por lo que el equipo cuenta sólo con seis profesionales, de los que uno está lesionado de larga duración. Es por ello que la directiva está obligada a fichar para que el equipo pueda afrontar el resto de la temporada con garantías de lograr la permanencia, ya que la falta de efectivos ya se ha traducido en cuatro derrotas consecutivas.

Para sacar adelante esta situación, el consejo de administración del conjunto onubense tiene hasta el viernes como fecha límite para poder incorporar nuevos jugadores, pero no cuenta con dinero ni para fichar ni para pagar a los jugadores que están, que no paran de recibir ofertas de otros equipos. Ni el Ayuntamiento ni Cajasol ha aportado al club la totalidad de lo convenido con el club, que no tiene liquidez y que está pagando con creces su falta de planificación.

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