Una enorme sorpresa es la que se ha llevado la familia de Ana María Calvo al descubrir que parte de lo que pensaban era de su propiedad supuestamente se vendía a través de internet por otra persona. En las propias ruinas de Conejares afirmaba que siempre han creído que su padre era propietario de un corral y su madre de otra de las edificaciones ahora casi derruidas. "Hemos venido de viaje y nos han dicho que había todo un follón montado, que se vendía Conejares y nos hemos sorprendido", señalaba.
Ana María apunta a que la concentración parcelaria que se desarrolló hace aproximadamente una década excluyó la zona de Conejares, como al resto de construcciones, sin embargo, "según dicen, yo no lo sé, -explica- vinieron en el 2001 a hacer un catastro nuevo y se ve que se adjudicó a otra persona". Además conocen a más vecinos de la zona que también se consideran propietarios.
Hasta el momento su familia no le había dado ningún uso a sus presuntas propiedades y, aunque no habían pensado en venderlo, asegura que les pertenece. "Aunque está totalmente derruido no creo que otra persona deba venderlo", opina.
En el caso de que algún día se decidiera poner en valor Conejares, no se muestra en contra si es en beneficio de la zona, sin embargo, no sale de su asombro con lo ocurrido. Cree conocer al supuesto vendedor; pero no valora más allá.
El alcalde pedáneo de Muro de Ágreda, perteneciente al término municipal de Ólvega, Cecilio Jiménez, recibió la noticia de que Conejares se vendía íntegro también con sorpresa; pero consciente de que cada cual puede hacer lo que quiera con sus propiedades. "Aquí el Ayuntamiento no tiene nada que decir porque es propiedad particular y si lo venden y hacen algo que sea positivo para la zona, bienvenido sea", argumentó.
Estas edificaciones derruidas sirven en alguna ocasión para guardar ovejas, pero ya nada tiene que ver con lo que fue hace más de 70 años, cuando los vecinos de Conejares emigraron a los pueblos cercanos. Cuenta Cecilio que este minipueblo fue en su día propiedad de un conde que atrajo a gente para que se asentaran. Era un pequeño pueblo; pero contaba con una Iglesia, que hoy todavía en pie, y una cárcel.
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