"Había un diálogo para el fin de ETA, ahora sólo cabe el fin y después ya veremos"

  • "ETA debe saber que ha perdido una gran oportunidad y que sólo tiene una decisión por delante: la declaración unilateral del fin de la violencia".
  • "Nadie dudará de que mi voluntad de intentar llegar a ese final dialogado ha sido una voluntad muy muy grande".
  • "Tenemos que ser honestos: Policialmente se puede debilitar mucho a ETA, pero exige un gran esfuerzo del Estado y el apoyo de todos los partidos políticos".
  • Primera parte de la entrevista: "Hay un contrato entre el PP y el sector más duro y radical de los obispos".
Zapatero contesta a las preguntas en un momento de la entrevista. (J. PARÍS)
Zapatero contesta a las preguntas en un momento de la entrevista. (J. PARÍS)
Zapatero contesta a las preguntas en un momento de la entrevista. (J. PARÍS)

20minutos.es publica hoy domingo el segundo capítulo de la entrevista que realizó el viernes 1 en el Palacio de la Moncloa al presidente del Gobierno. Durante casi dos horas de conversación, José Luis Rodríguez Zapatero respondió a las preguntas del director del diario, Arsenio Escolar; el subdirector de Actualidad, Francisco Frechoso, y el corresponsal político, Juan Carlos Escudier, sobre los principales temas de la actualidad política y los asuntos que más preocupan a los ciudadanos de a pie.

El tortuoso fin del fracasado proceso de paz iniciado con ETA, el futuro al que se enfrenta la banda terrorista y la ilegalización de la que pasa por ser su última marca política, ANV, son los asuntos centrales en esta segunda entrega de la extensa conversación con el presidente. Mañana lunes, 20minutos.es publicará el texto íntegro de la entrevista y 20 minutos un amplio resumen en sus 15 ediciones impresas.

Vamos a hablar, inevitablemente, de terrorismo. ¿Se puede acabar policialmente con ETA?

Se puede debilitar mucho policialmente a ETA y hay que hacerlo, pero exige un gran esfuerzo del Estado y el apoyo de todos los partidos políticos. Al final, es también una forma de que llegue el momento que tendrá que llegar, y es que ETA deje unilateralmente la violencia. De hecho, ETA está en ese proceso, en el proceso de que no tiene otra solución.

¿Sólo debilitar mucho, no acabar?

Debilitar mucho. Yo creo que tenemos que ser honestos. Policialmente llevamos cuarenta y tantos años y no ha resultado fácil. Creo que ningún presidente del Gobierno puede garantizar el fin de ETA aunque luche denodadamente para que eso se produzca.

¿Y el tramo final entre debilitar y acabar?

Podemos entrar en un debate que he vivido ya en estos cuatro años entre los conceptos más absurdos, que son diálogo, encuentro, contacto... Todo esto me parece que ha entrado en una perversión politizada espectacular. Un Gobierno ante un grupo terrorista sabe lo que tiene que hacer, cómo lo tiene que hacer, cuándo lo tiene que hacer. Lo que no es frecuente ni lógico, porque se pervierte todo, es que esto sea motivo de confrontación partidista. Ahora, ETA debe saber que ha tenido una oportunidad –nadie dudará de que mi voluntad de intentar llegar a ese final dialogado ha sido una voluntad muy muy grande-, que ha perdido esa gran oportunidad y que sólo tiene una decisión por delante: la declaración unilateral del fin de la violencia.

¿Eso es lo que significa la frase "no hay expectativas de diálogo", que han incluido en su programa electoral?

Es muy sencillo: había un diálogo para el fin, ahora sólo cabe el fin y después ya veremos.

¿Cometió un error al declarar que hubo contactos con ETA después del atentado de la T-4?

Decir lo que ha pasado, cuando se puede decir y con la prudencia que exigen estas cosas, no es un error, es un ejercicio de sinceridad. Me produce una cierta sorpresa, porque ésta sería la primera vez que uno, a sí mismo, se tiene que defender por algo que cuenta con la mayor naturalidad.

Y lo único que el Gobierno hace y hará siempre que sea necesario para luchar contra el terrorismo es, lógicamente, disponer de la información oportuna
Pero antes no se había dicho que había habido contactos.

Mire, antes se había dicho lo mismo que he dicho ahora, exactamente lo mismo, que después de la violencia se había acabado la posibilidad de un proceso de paz con diálogo. Y se acabó. La prueba de que se acabó es que ETA rompió el alto el fuego. Si no, no lo hubiera roto. Y lo único que el Gobierno hace y hará siempre que sea necesario para la lucha antiterrorista es, lógicamente, tener la información oportuna.

Pero... con ese razonamiento se puede pensar que ahora puede estar habiendo algún tipo de contactos.

No. Ahora no hace falta tener información. Es evidente. En el momento en que rompe el alto el fuego, lo único que hay es toda la firmeza por mi parte para combatir a ETA en todos los frentes. Toda la firmeza. Pero, como he dicho, en el intento del proceso de paz hubo mucha gente: expertos, organizaciones internacionales, incluso representaciones oficiales de otros países que participaron y que hasta el último momento apuraron todas las posibilidades de que no se consumara la ruptura del alto el fuego.

Después de una legislatura en la que no han dejado de lamentarse de que el PP utilizara el terrorismo como arma política, resulta que incluyen en su programa electoral el propósito de establecer "la máxima coordinación" con los populares en política antiterrorista. Eso es un reconocimiento de que no la ha habido y suena a arrepentimiento.

No, eso es la esperanza de que haya otro PP.

En estos días se están poniendo en marcha los mecanismos para ilegalizar a ANV. ¿Hace medio año no se conocía su vinculación con ETA? ¿Por qué en las pasadas municipales se miraron las listas con lupa para ilegalizar un 50% de sus candidatos y autorizar el otro 50% y ahora se plantea, como principio, ilegalizar al 100%?

ANV era un partido legal, sin actividad, sin proyección pública. En un momento dado emerge desde la legalidad con unos estatutos que rechazan la violencia

La Ley de partidos y la jurisprudencia del Tribunal Constitucional establecen unos requisitos exigentes para ilegalizar un partido o rechazar una lista electoral. ANV era un partido legal, sin actividad, sin proyección pública. En un momento dado emerge desde la legalidad con un número elevado de listas, con unos estatutos que rechazan la violencia. Por tanto, para llegar a la determinación de que se ha convertido en alguien que sucede a Batasuna debe haber elementos materiales, probatorios, hechos que confirmen esa situación.

Para una reacción en el orden jurídico limitativo de los derechos fundamentales no valen los indicios políticos. Lo que valen son las pruebas y los hechos. Y es fácil de entender que se necesite un tiempo para que pase lo que ha pasado y para que se pueda investigar lo que ya se conoce: su vinculación con Batasuna. Parece que esto lo puede entender todo el mundo.

Lo que no entiende todo el mundo es que el proceso de ilegalización se inicie y se materialice justo antes de unas elecciones generales. Es inevitable que exista la sospecha de que se hace por motivos electoralistas.

Lo que pasa es que, desde hace dos meses, de cada diez decisiones políticas cinco se considera que son decisiones electorales. Insisto en que ha sido una investigación muy minuciosa, muy exhaustiva que no se hace en un día.

¿Tiene la impresión de que el presidente de la asociación mayoritaria de víctimas del terrorismo está al servicio del PP?

Hombre, parece que está más cerca de ese partido que de cualquier otro.

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