Según datos de la propia empresa, la limpieza de este tipo de suciedad cuesta  320.000 euros al año (876 al día). Por cada chicle y pintada que se limpia, el Ayuntamiento desembolsa 14 euros.

 

Pero los problemas no acaban ahí. Dejar limpio de goma de mascar un metro cuadrado de calle le puede llevar a un empleado más de 15 minutos.

 

Para llevar a cabo estas tareas, Inusa cuenta con 10 equipos de limpiapintadas (chicles, graffitis y otras manchas). Estos equipos utilizan agua a presión fría o caliente, en función del producto que hay que despegar. Actúan sobre toda la ciudad, pero las zonas con mayor incidencia de pintadas o chicles son la avenida Maisonnave, Paseíto Ramiro, Concatedral de San Nicolás, parque de La Ereta y la zona de playas.

 

90 euros de sanción

 

Según fuentes de la Concejalía de Servicios y Mantenimiento, en un metro cuadrado de calle suele haber entre 4 y 8 chicles. El Ayuntamiento alicantino prevé una sanción de 90 euros para el responsable de ensuciar la vía pública, la mayoría autores de pintadas en fachadas y monumentos.

 

 

Una mancha de chicle en el pavimento tarda más o menos cinco años en desaparecer, según apuntan fuentes de Inusa y de la Concejalía de Servicios y Mantenimiento. Un estudio del Ayuntamiento de Pozuelo (Madrid) asegura que una goma de mascar en el suelo puede acumular hasta 50.000 gérmenes. La neumonía aparece entre las enfermedades que pueden transmitir al hombre estos microorganismos.