La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) está dispuesta a hacer caja con los pilotos de Fórmula 1, y en 2008 ha quintuplicado las tarifas de las licencias que concede para que éstos puedan competir. De esta forma cada piloto tendrá que pagar un fijo de 10.000 euros (el año pasado se pagaban 1.725 euros) y otros 2.000 por punto logrado en el campeonato de la temporada anterior (450 en 2007).

Lo bueno de este sistema es que progresivo y equitativo: paga quien más puntos obtuvo, es decir, los ricos pagan más. Por ejemplo, el actual campeón del mundo, Kimi Raikkonen este año tendrá que pagar 230.000 euros por su licencia: sumó 110 puntos en 2007, por lo que además del fijo de 10.000 euros, abonará otros 220.000 euros, 230.000 en total. En el extremo opuesto encontramos a Adrián Sutil: sólo abonará 12.000 euros, ya que sólo sumo un punto.

Siguiendo ese cálculo, Fernando Alonso y Lewis Hamilton pagarán 228.000 euros cada uno, mientras que Felipe Massa, 198.000 euros.